Antonio Embid, ex presidente del Parlamento de Aragón, España, recordó que la Constitución el 27 de diciembre de 1978, fue el ordenamiento jurídico y punto de partida para una descentralización administrativa y política.
En este contexto, la organización territorial del Estado fue una de las principales decisiones del proceso constituyente español, lo cual determinó una serie de consecuencias en los ámbitos: económico, gestión de los servicios públicos, las libertades ciudadanas, entre otras áreas, expresó ante los asambleístas y representantes de los gobiernos seccionales, reunidos en Cuenca.
El sistema de autonomías territoriales, puede tener varias denominaciones, lo fundamental es que en la mayoría de países se puede concebir a la descentralización como la libertad del individuo para acceder a los servicios.
Embid manifestó que existen autonomías de distinta índole. Por ejemplo en España se distingue la autonomía administrativa de la política, porque no es lo mismo la autonomía de la región que la de la provincia o del municipio. Lo político está vinculado a lo regional y lo administrativo con la localidad.
Reiteró que las políticas generales se concretan en una legislación, es decir, una decisión superior, mientras las localidades aplican la ley, a través de ordenanzas o reglamentos específicos que facilitan la administración.
En este marco, se puede hablar de competencias sobre una determinada materia, las mismas que pueden ser exclusivas o compartidas. Luego hay que hablar de potestad, que es la medida de esa competencia. Por ejemplo potestad legislativa, reglamentaria o ejecutiva, precisó.
En el caso de España, recordó que del proceso vivido en 1978, nacieron 17 comunidades autónomas, gracias a la Constitución que abrió un camino. La autonomía no disgrega al Estado, a pesar que cada una cuenta con su propio estatuto.
Además informó que descontando pensiones e intereses de la deuda, el 50% del gasto público gestionan las comunidades autónomas, el 17% las entidades locales y el resto el Estado; lo cual es el resultado de la práctica descentralizadora de más de 30 años.
Por último, recordó que las autonomías son procesos de ida y vuelta que requieren acuerdos políticos y solución de conflictos que se presentan en el camino.
En este contexto, la organización territorial del Estado fue una de las principales decisiones del proceso constituyente español, lo cual determinó una serie de consecuencias en los ámbitos: económico, gestión de los servicios públicos, las libertades ciudadanas, entre otras áreas, expresó ante los asambleístas y representantes de los gobiernos seccionales, reunidos en Cuenca.
El sistema de autonomías territoriales, puede tener varias denominaciones, lo fundamental es que en la mayoría de países se puede concebir a la descentralización como la libertad del individuo para acceder a los servicios.
Embid manifestó que existen autonomías de distinta índole. Por ejemplo en España se distingue la autonomía administrativa de la política, porque no es lo mismo la autonomía de la región que la de la provincia o del municipio. Lo político está vinculado a lo regional y lo administrativo con la localidad.
Reiteró que las políticas generales se concretan en una legislación, es decir, una decisión superior, mientras las localidades aplican la ley, a través de ordenanzas o reglamentos específicos que facilitan la administración.
En este marco, se puede hablar de competencias sobre una determinada materia, las mismas que pueden ser exclusivas o compartidas. Luego hay que hablar de potestad, que es la medida de esa competencia. Por ejemplo potestad legislativa, reglamentaria o ejecutiva, precisó.
En el caso de España, recordó que del proceso vivido en 1978, nacieron 17 comunidades autónomas, gracias a la Constitución que abrió un camino. La autonomía no disgrega al Estado, a pesar que cada una cuenta con su propio estatuto.
Además informó que descontando pensiones e intereses de la deuda, el 50% del gasto público gestionan las comunidades autónomas, el 17% las entidades locales y el resto el Estado; lo cual es el resultado de la práctica descentralizadora de más de 30 años.
Por último, recordó que las autonomías son procesos de ida y vuelta que requieren acuerdos políticos y solución de conflictos que se presentan en el camino.
