lunes, 13 de septiembre de 2010

La balanza no petrolera afectada

Desde el 2005, la balanza comercial no petrolera, que enfrenta las exportaciones con las importaciones, está desequilibrada: la diferencia de dólares que ingresan, versus los que salen, ha ido, hasta el 2009, desde los 3.623 millones a los $ 3.885 millones en 2010.

Una realidad que enciende alertas en una economía dolarizada, pues una parte de ese sistema monetario es sostenido en la medida en que el saldo de las compras-ventas con el mundo, dejen más divisas en el mercado doméstico. El punto más crítico fue en el 2008, cuando el déficit saltó a los 7.545 millones de dólares.

Si no fuera por el petróleo, el déficit fuera mucho más abultado. De acuerdo con el Banco Central del Ecuador (BCE), entre enero y julio de este año, las exportaciones petroleras ascendieron a 5.415 millones de dólares y las no petroleras a 3.859 millones de dólares, lo que significa que, en ese periodo, Ecuador vendió 9.838 millones en total. Mientras que las importaciones ascendieron a 8.309 millones de dólares. La brecha la atenuó el “oro negro”.

Sin embargo, esta tendencia podría volverse drástica si los precios del crudo, que son históricamente volátiles, cayeran. De ahí la importancia, según los industriales y expertos, de estimular y abrir nuevos horizontes comerciales.

El no abrir esas puertas puede ser el inicio de profecías poco amistosas: más aranceles para contrarrestar las importaciones -para evitar la salida de divisas- o el camino para una desdolarización.

El presidente de la Federación Nacional de Economistas, Carlos Anchundia, sostiene que, en el futuro próximo, como buena parte de las exportaciones de la petrolera estatal Petroecuador están comprometidas, la brecha será más grande, lo que supone un desaliento para la dolarización. “Sería un hachazo para el sistema”.

El Gobierno tendría problemas de liquidez, que desde ya son elevados, y recurrirá -posiblemente- de no encontrar fuentes de financiamiento, a la emisión de moneda propia, añade el presidente del gremio.

Es por eso, reflexiona Vicente Muñoz, director de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG), que deberíamos asumir que no somos petroleros, para bajo esa hipótesis, trabajar en abrir nuevos mercados a los productos locales del sector privado y fortalecer los que ya son vendidos en las naciones.

“Ecuador se ha quedado con la misma canasta de productos que son exportados, mientras el mundo entero compite por colocar más de sus bienes en las plazas internacionales”, señala. La ventaja es que el sector de los hidrocarburos ha cubierto el desfase comercial.

Para los especialistas, es necesario que las políticas comerciales y económicas sean decididas estudiando la evolución de la balanza comercial no petrolera, que podría volver a un equilibrio deseado, si fueran estimuladas las exportaciones.

Rodrigo Calderón, analista, tiene otra visión. Él recurre al pensamiento del filósofo y economista escocés David Hume, quien hablaba del equilibrio automático de la balanza. Para Calderón, es irrelevante si existe déficit o superávit porque son los consumidores los que tienen acceso a mejores productos.

Entre enero y julio de este año, de acuerdo con el Banco Central la balanza comercial global registró un saldo negativo de 302 millones de dólares. En igual periodo del año anterior, el déficit de esa cuenta ascendió a los 576 millones de dólares.
Los empresarios exigen seguridad jurídica en el país

El sector no estatal es clave para fortalecer a la economía nacional.

Felipe Rivadeneira, dirigente de la Federación de Exportadores, sostiene que el país no puede seguir dependiendo de un solo producto como el petróleo, porque además sus precios son muy volátiles y algún día se acabará.

Por ello plantea volcar el apoyo a la producción, ya que el estancamiento del sector no petrolero obedece a las políticas del Gobierno, que no dan seguridad jurídica al país. Considera que es importante crear una logística de primer orden, una verdadera cadena de producción desde las fincas hasta los sitios de salida de los productos como carreteras, aeropuertos y puertos modernos.

Otro asunto vital es diversificar los mercados y dejar de ser exportadores de productos primarios para vender artículos con valor agregado, afirma.

Para Blasco Peñaherrera, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, el desbalance no petrolero obedece “a la falta de seguridad jurídica y a las decisiones equivocadas que se han dado en el gobierno de Rafael Correa”. Agrega que es urgente una macroeconomía equilibrada, un buen ambiente de negocios, atraer la inversión extranjera y hacer alianzas estratégicas con los países andinos, centroamericanos y otros.