viernes, 24 de abril de 2009

El Producto Interno Bruto industrial crecerá 2,5 por ciento durante el 2009

El tener que importar un 30% menos de su línea de higiene personal motivó a que Unilever, dueña de marcas como Dove, AXE, Sedal y Rexona, estudie la posibilidad de maquilar estos productos con industrias ecuatorianas.

Ello, sin embargo, dependerá de la capacidad de producción y la calidad que puedan asegurar las empresas locales, advierte Omar Jarrín, director de Marketing HPC de Unilever. De concretarse dicha negociación, se cumpliría la aspiración del Gobierno de fomentar la producción nacional a través de la restricción a las importaciones desde enero, como respuesta a una crisis internacional que ya ingresaba a Ecuador.

La industria manufacturera (obra hecha a mano o con auxilio de máquina) después del comercio, es el sector que más aporta a la economía del país. Su contribución al Producto Interno Bruto (PIB) fue alrededor del 14% en el 2008, según cifras del Banco Central.

El año anterior hubo mayor circulante, por eso los ecuatorianos tuvieron más poder adquisitivo para satisfacer sus necesidades primarias (champú básico o jabón de tocador, por ejemplo) y para adquirir bienes con más valor agregado (un champú para cabellos rizos de alta luminosidad), así como para necesidades secundarias (ropa para fiesta), dice Jarrín.

“Pero este año la situación es diferente; la gente empezó a emigrar a presentaciones más pequeñas y, por ende, menos costosas”, expresa el representante de la transnacional que fabrica en su planta del km 25 de la vía a Daule, las líneas de detergentes y margarinas.

La visión de los empresarios guayaquileños para este año es que, a pesar de que sus actividades se desarrollan en un ambiente adverso, la manufactura logrará un crecimiento.

El Central estimó en su primera revisión que el PIB industrial será de $ 4.832 millones en el 2009, es decir 2,5% más que un año atrás.

Las complicaciones no solo se presentan en el mercado nacional con la restricción a las importaciones, sino en el exterior. En ese marco las medianas empresas se ven más afectadas.
Desde inicios de este año, Pinturas Neira -con 23 empleados- ha realizado una serie de ajustes para ganar la liquidez que ha ido perdiendo ante restricciones de tipo bancario: el crédito a sus clientes bajó de 120 días a 60 días.

Esto debido a que las cartas de crédito, con el que una entidad financiera garantiza el pago del importador al proveedor, tienen menos tiempo de duración.

“El banco Wachovia de Estados Unidos nos daba la garantía por 120 días; ahora, en el negocio que tenemos con la empresa Samhwa de Corea, proveedora de pinturas automotrices, el banco solo nos garantiza 60 días”, manifiesta Neira, quien, sin embargo, confía en que su línea de pintura crecerá por la alta presencia de automóviles.

Según el presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, Xavier Durán Dyer, el principal problema de las industrias locales en la actualidad es la falta de liquidez. Esto resta competitividad a las empresas que, ante ello, esperan una reacción por parte del Gobierno para fomentar las exportaciones.

Durán resalta que si bien hay industrias que se han fortalecido en esta época, como la textil de algodón que ha captado un mercado nacional y explora espacio latinoamericano, hay otras a las que no les va bien. Es el caso del sector textil plástico.

“La demanda de sacos de polipropileno se ha reducido un porcentaje significativo, ya sea por el ingreso de este producto desde China a valores menores del costo de producción o por la caída en las exportaciones de alimento agrícola”, indica. Pese a ello prefiere, dice, ser optimista de que la situación mejorará pronto.