La noche del miércoles fueron evacuadas 20 personas más de la parte baja de Puente Loma, en Santa Isabel (Azuay), tras el deslizamiento de tierra que afectó el sector y la vía Girón-Pasaje, la madrugada del martes.
Los damnificados fueron trasladados por precaución hasta los albergues atendidos por la Cruz Roja, ubicados en la parroquia Abdón Calderón, más conocida como la Unión, a unos 5 km de la zona afectada.
Según Guillermo Sempértegui, miembro de esta organización humanitaria, el Ministerio de Inclusión Social entrega raciones alimenticias. Además, confirmó que hasta ayer habían cinco casas destruidas totalmente.
Juan Pablo Martínez, técnico del Consejo Provincial de Azuay, señaló que la tierra sigue moviéndose en el sector de Puente Loma, aunque se ha evidenciado una reducción considerable, pues el miércoles se produjeron grietas de hasta un metro y ayer se encontró aberturas de 20 y 30 centímetros.
Según el técnico, la estabilización de este sector puede tomar hasta tres meses, dependiendo como actúe el terreno. "En este caso hay que esperar que pasen tres fases hasta llegar a una estabilización precaria", indicó.
Mientras tanto, Paúl Carrasco, prefecto de la provincia, mencionó que se requiere de al menos dos semanas para dejar expeditas las vías alternas que conectan Cuenca con Machala.
Rodrigo Quezada, alcalde de Santa Isabel, admitió la posibilidad de que los reservorios construidos en la parte alta del sector por el Centro de Reconversión Económica (CREA), y cuya agua es utilizada por los campesinos para regadíos fueron los que provocaron la reactivación de la falla.
"Cuando se construyó la vía, hace 20 años, nunca se consideraron los canales de riego, ni los reservorios", recalcó.
Por otra parte, las 22 familias de la Asociación Santa Isabel, siguen a la espera de ayuda. Ellos aún no han sido evacuados.
El miércoles y jueves pasaron sin agua y sin luz. Los cables eléctricos colapsaron al igual que la tubería de agua potable que estaba lista para ser inaugurada la semana próxima.
Lucrecia Saca, afectada señaló que los cultivos están en riesgo por los deslizamientos. Los habitantes sacan alrededor de 300 quintales de cebolla roja y una cantidad similar de tomate riñón para los mercados de Cuenca y Machala.