La actividad del volcán Tungurahua, en el centro de los Andes de Ecuador, aumentó hoy con la emisión de vapor y ceniza, algunos sismos leves y cinco explosiones de intensidad moderada, informó el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional.
El auge de la actividad se registró desde esta madrugada, cuando los fuertes bramidos salidos desde el interior del volcán fueron escuchados en varias poblaciones cercanas y algunas lejanas como Ambato, a unos 30 kilómetros al oeste.
Las emanaciones generaron también una ligera caída de ceniza en las poblaciones de Quero, Cevallos, Choglontús, Pillate y Bilbao, ubicadas en las cercanías de la montaña.
El último informe especial del IG, emitido tras la subida de la actividad, también advierte de un incremento en el volumen de dióxido de azufre (SO2) que exhala el volcán, lo que supondría la posible presencia de un nuevo cuerpo magmático, pequeño, en las profundidades de la montaña.
Sin embargo, el Instituto señala que, de momento, no ha detectado "señales geofísicas o geoquímicas que indiquen que este magma pudiera ganar energía y volverse más explosivo".
Por ello, el IG, en el corto plazo, "descarta la ocurrencia de flujos piroclásticos (rocas incandescentes) que lleguen a zonas habitadas", aunque se esperaría el aumento de emisiones de ceniza.
El actual pulso eruptivo del Tungurahua comenzó el pasado 28 de mayo, cuando generó una gran actividad explosiva, que remitió de forma paulatina, pero que retomó una ligera fuerza en las últimas horas.
Sin embargo, el IG, que califica el último pulso como "atípico", no se atreve a descartar un "cambio rápido o súbito del estado actual".
El Tungurahua, de 5.019 metros de altura, inició su proceso eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de gran actividad con lapos de relativa calma.
El auge de la actividad se registró desde esta madrugada, cuando los fuertes bramidos salidos desde el interior del volcán fueron escuchados en varias poblaciones cercanas y algunas lejanas como Ambato, a unos 30 kilómetros al oeste.
Las emanaciones generaron también una ligera caída de ceniza en las poblaciones de Quero, Cevallos, Choglontús, Pillate y Bilbao, ubicadas en las cercanías de la montaña.
El último informe especial del IG, emitido tras la subida de la actividad, también advierte de un incremento en el volumen de dióxido de azufre (SO2) que exhala el volcán, lo que supondría la posible presencia de un nuevo cuerpo magmático, pequeño, en las profundidades de la montaña.
Sin embargo, el Instituto señala que, de momento, no ha detectado "señales geofísicas o geoquímicas que indiquen que este magma pudiera ganar energía y volverse más explosivo".
Por ello, el IG, en el corto plazo, "descarta la ocurrencia de flujos piroclásticos (rocas incandescentes) que lleguen a zonas habitadas", aunque se esperaría el aumento de emisiones de ceniza.
El actual pulso eruptivo del Tungurahua comenzó el pasado 28 de mayo, cuando generó una gran actividad explosiva, que remitió de forma paulatina, pero que retomó una ligera fuerza en las últimas horas.
Sin embargo, el IG, que califica el último pulso como "atípico", no se atreve a descartar un "cambio rápido o súbito del estado actual".
El Tungurahua, de 5.019 metros de altura, inició su proceso eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de gran actividad con lapos de relativa calma.