QUITO. AFP. Los cancilleres de la Unasur buscarán acercar a Colombia y Venezuela tras la ruptura de relaciones, en una cita el jueves en Quito, en la que Caracas denunciará agresiones de Bogotá, que acusa a su vecino de albergar a guerrilleros y exigirá medidas que pongan fin a esa situación.
La reunión fue convocada por Ecuador, que preside temporalmente la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), a petición de Venezuela, luego de que el pasado jueves Colombia denunciara en la OEA que unos 1.500 rebeldes de las FARC y el ELN, incluidos varios dirigentes, se refugian en territorio venezolano con la complicidad de algunas autoridades.
En rechazo a esa acusación que consideró falsa, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, rompió relaciones con Colombia ese mismo jueves y puso en alerta a las Fuerzas Armadas.
Chávez aseguró el fin de semana que una "agresión" desde Colombia "tiene una probabilidad como nunca la tuvo en todos estos años", lo que fue negado por Bogotá.
Asimismo, amenazó con suspender la venta de petróleo a Estados Unidos -del cual es el quinto surtidor- en caso de un conflicto armado, pues Washington es aliado de Bogotá.
Estados Unidos también descartó posibilidad de una agresión. No obstante, sostuvo que las denuncias del gobierno del saliente presidente colombiano, Alvaro Uribe, sobre la existencia de 80 bases rebeldes en Venezuela, donde se planearían ataques contra las fuerzas de seguridad colombianas, deben ser tomadas "muy en serio" e investigadas "en su totalidad".
Previo al encuentro de emergencia de la Unasur, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, realizó una gira por Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, Chile y Perú, para abordar la crisis con sus pares y varios presidentes.
En paralelo, el mandatario electo de Colombia, Juan Manuel Santos, que asumirá el poder el 7 de agosto, visitó México, Costa Rica, Panamá, Chile, Argentina y Perú, aunque evitó sin embargo referirse públicamente al quiebre diplomático con Caracas.
Maduro indicó que su periplo buscaba evitar que Uribe realice alguna "acción desesperada" contra Venezuela, que tiene desplegados en la frontera de más de 2.200 km con Colombia a unos 20.000 efectivos, según fuentes militares.
El canciller venezolano también anunció que este jueves presentará ante la Unasur una propuesta de paz para Colombia, que Uribe rechazó como una "injerencia" en asuntos internos y un intento por "oxigenar" a las guerrillas de izquierda.
"En esa trampita no vamos a caer. Solamente demandamos de la comunidad internacional cumplir las normas internacionales" en cuanto a "luchar contra el terrorismo y no albergarlo en parte alguna", señaló Uribe.
El canciller colombiano, Jaime Bermúdez, indicó a su vez que "un verdadero plan de paz pasa por capturar a los terroristas, por no permitir su presencia con la connivencia de algunas autoridades".
Asimismo, anticipó que pedirá a la Unasur discutir un "mecanismo concreto y eficaz para evitar la presencia de las FARC en Venezuela" o cualquier otro país, y comparó la propuesta de paz con un "plan democracia" para su vecino.
En medio de la retórica, Chávez abrió una ventana de acercamiento a partir de la toma de posesión de Santos, ex ministro de Defensa de Uribe y a quien el líder venezolano tildó en el pasado de "amenaza para la región".
"Tenemos que recibir señales claras e inequívocas de que hay una voluntad política real en el nuevo gobierno de Colombia, para reemprender el camino del diálogo, sin trampas", escribió Chávez en la prensa el fin de semana.
Bogotá y Caracas mantienen una relación conflictiva desde hace una década por denuncias sobre actividades de la insurgencia en Venezuela.
A mediados de 2009, Chávez congeló los vínculos en rechazo a un acuerdo que permite a Estados Unidos operar desde siete bases colombianas contra el "narcotráfico y el terrorismo".
La reunión fue convocada por Ecuador, que preside temporalmente la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), a petición de Venezuela, luego de que el pasado jueves Colombia denunciara en la OEA que unos 1.500 rebeldes de las FARC y el ELN, incluidos varios dirigentes, se refugian en territorio venezolano con la complicidad de algunas autoridades.
En rechazo a esa acusación que consideró falsa, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, rompió relaciones con Colombia ese mismo jueves y puso en alerta a las Fuerzas Armadas.
Chávez aseguró el fin de semana que una "agresión" desde Colombia "tiene una probabilidad como nunca la tuvo en todos estos años", lo que fue negado por Bogotá.
Asimismo, amenazó con suspender la venta de petróleo a Estados Unidos -del cual es el quinto surtidor- en caso de un conflicto armado, pues Washington es aliado de Bogotá.
Estados Unidos también descartó posibilidad de una agresión. No obstante, sostuvo que las denuncias del gobierno del saliente presidente colombiano, Alvaro Uribe, sobre la existencia de 80 bases rebeldes en Venezuela, donde se planearían ataques contra las fuerzas de seguridad colombianas, deben ser tomadas "muy en serio" e investigadas "en su totalidad".
Previo al encuentro de emergencia de la Unasur, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, realizó una gira por Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, Chile y Perú, para abordar la crisis con sus pares y varios presidentes.
En paralelo, el mandatario electo de Colombia, Juan Manuel Santos, que asumirá el poder el 7 de agosto, visitó México, Costa Rica, Panamá, Chile, Argentina y Perú, aunque evitó sin embargo referirse públicamente al quiebre diplomático con Caracas.
Maduro indicó que su periplo buscaba evitar que Uribe realice alguna "acción desesperada" contra Venezuela, que tiene desplegados en la frontera de más de 2.200 km con Colombia a unos 20.000 efectivos, según fuentes militares.
El canciller venezolano también anunció que este jueves presentará ante la Unasur una propuesta de paz para Colombia, que Uribe rechazó como una "injerencia" en asuntos internos y un intento por "oxigenar" a las guerrillas de izquierda.
"En esa trampita no vamos a caer. Solamente demandamos de la comunidad internacional cumplir las normas internacionales" en cuanto a "luchar contra el terrorismo y no albergarlo en parte alguna", señaló Uribe.
El canciller colombiano, Jaime Bermúdez, indicó a su vez que "un verdadero plan de paz pasa por capturar a los terroristas, por no permitir su presencia con la connivencia de algunas autoridades".
Asimismo, anticipó que pedirá a la Unasur discutir un "mecanismo concreto y eficaz para evitar la presencia de las FARC en Venezuela" o cualquier otro país, y comparó la propuesta de paz con un "plan democracia" para su vecino.
En medio de la retórica, Chávez abrió una ventana de acercamiento a partir de la toma de posesión de Santos, ex ministro de Defensa de Uribe y a quien el líder venezolano tildó en el pasado de "amenaza para la región".
"Tenemos que recibir señales claras e inequívocas de que hay una voluntad política real en el nuevo gobierno de Colombia, para reemprender el camino del diálogo, sin trampas", escribió Chávez en la prensa el fin de semana.
Bogotá y Caracas mantienen una relación conflictiva desde hace una década por denuncias sobre actividades de la insurgencia en Venezuela.
A mediados de 2009, Chávez congeló los vínculos en rechazo a un acuerdo que permite a Estados Unidos operar desde siete bases colombianas contra el "narcotráfico y el terrorismo".