"La posición de Brasil es que se debe tratar de enfriar la crisis hasta que asuma el nuevo Gobierno (colombiano)", para que después "se inicien conversaciones" bilaterales, declaró García.
Junto al vicecanciller, Antonio Patriota, García representará a Brasil en la reunión que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) celebrará mañana en Quito para debatir la nueva crisis diplomática entre Colombia y Venezuela.
La cumbre fue convocada después de que, el pasado 22 de julio, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, rompió relaciones con Colombia, luego de que ese país denunció ante la Organización de Estados Americanos (OEA) la supuesta presencia de 1.500 guerrilleros en suelo venezolano.
Según García, el primer paso "debería ser" abrir un paréntesis hasta el 7 de agosto, cuando Santos recibirá el cargo de manos del actual presidente colombiano, Álvaro Uribe.
Consideró que luego tendría que comenzar un proceso de diálogo bilateral, que "debería ser discreto, porque las conversaciones públicas no funcionan", y "finalmente, lo ideal sería la firma de un pacto de no agresión" entre Colombia y Venezuela, apuntó.
No obstante, subrayó que "lo importante" en este momento "es crear confianza" entre ambos países, a fin de que se normalicen las relaciones.
García reiteró que, una vez recuperada la confianza, Brasil cree que sería posible un acuerdo para que Venezuela y Colombia hagan una vigilancia conjunta de sus fronteras, a fin de evitar la repetición de crisis como la actual.
El asesor del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que esa experiencia de control conjunto "fue exitosa" en las fronteras entre Ecuador y Colombia y permitió comenzar a superar las tensiones generadas en 2008, por el ataque colombiano contra un campamento guerrillero instalado en suelo ecuatoriano.
"Si funcionó (entre Ecuador y Colombia) en una situación de alta tensión, pensamos que puede funcionar ahora" con Venezuela, indicó.
García apuntó que así como "la crisis interna en Colombia tiene efectos internos, también genera inestabilidad en la región", por lo que todos los países suramericanos "están muy interesados" en que se superen las tensiones con Venezuela.
No obstante, aclaró que la colaboración de los países vecinos de Colombia debe ser "discreta", pues "hay que tener cuidado con que el interés (por ayudar en la resolución del conflicto) no se convierta en injerencia".