El ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Fander Falconí, reiteró el jueves en la cumbre sobre el clima de Copenhague su propuesta de un "ecoimpuesto" a las exportaciones de petróleo para contribuir a la lucha contra el calentamiento global.
"Ecuador es país exportador de petróleo y miembro de la OPEP", señaló Falconí al presentar desde la tribuna de la conferencia de Copenhague el impuesto denomiando de Daly-Correa.
"El gobierno del presidente Rafael Correa propuso ya en el 2007 un 'ecoimpuesto' a cargo de los países de la OPEP a la exportación de petróleo", recordó.
Esta tasa representa "un recargo o retención ambiental de un tres por ciento, en principio, que haga bajar la demanda y por tanto las emisiones de dióxido de carbono", explicó.
"Los ingresos deben ir a fines sociales y a facilitar la transición hacia energías sustentables.
Ese 'ecoimpuesto' debe aplicarse también a otros combustibles exportados en proporción a su impacto ambiental", agregó.
Ecuador promueve además el proyecto Yasuní-ITT, consiste en dejar de extraer 846 millones de barriles de crudo -20% de las reservas probadas de Ecuador- en el campo petrolífero ITT, situado en el parque Yasuní, una de las mayores reservas de biodiversidad del planeta, en plena selva amazónica.
Se evitaría así la emisión de unos 407 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), a cambio de lo cual Quito espera recibir el 50% de los 7.000 millones de dólares que percibiría si explotara esas reservas. AFP
"Ecuador es país exportador de petróleo y miembro de la OPEP", señaló Falconí al presentar desde la tribuna de la conferencia de Copenhague el impuesto denomiando de Daly-Correa.
"El gobierno del presidente Rafael Correa propuso ya en el 2007 un 'ecoimpuesto' a cargo de los países de la OPEP a la exportación de petróleo", recordó.
Esta tasa representa "un recargo o retención ambiental de un tres por ciento, en principio, que haga bajar la demanda y por tanto las emisiones de dióxido de carbono", explicó.
"Los ingresos deben ir a fines sociales y a facilitar la transición hacia energías sustentables.
Ese 'ecoimpuesto' debe aplicarse también a otros combustibles exportados en proporción a su impacto ambiental", agregó.
Ecuador promueve además el proyecto Yasuní-ITT, consiste en dejar de extraer 846 millones de barriles de crudo -20% de las reservas probadas de Ecuador- en el campo petrolífero ITT, situado en el parque Yasuní, una de las mayores reservas de biodiversidad del planeta, en plena selva amazónica.
Se evitaría así la emisión de unos 407 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), a cambio de lo cual Quito espera recibir el 50% de los 7.000 millones de dólares que percibiría si explotara esas reservas. AFP