Un grupo de expertos en explosivos de la Policía de Pichincha investiga la muerte de las niñas Nancy y Marisol Guanoquiza, de 12 y 8 años, respectivamente. Las menores fallecieron, el pasado jueves, cuando les estalló en sus manos un artefacto explosivo que encontraron en una de las alcantarillas de la vía Pujilí-Zumbahua.
Los familiares de las niñas fallecidas pedirán apoyo al Movimiento Indígena de Cotopaxi, a la Ecuarunari y a la Conaie, para que este caso se esclarezca. Hoy asistirán a la Fiscalía de asuntos indígenas para pedir que las investigaciones avancen.
El sector de la Cruz Blanca es el sitio de pastoreo de más de 500 familias de las comunidades de la parroquia Poaló. En esta semana, los dirigentes realizarán un rastreo en el sitio para detectar si hay más explosivos.
El pequeño que se sobrevivió se recupera de las heridas en su casa. Él fue dado de alta luego de que le curaron las quemaduras que tiene en sus manos. Él es el hijo menor de los Guanoquiza Choloquinga.
La tragedia ocurrió a las 11:30, en el sector de Cruz Blanca, de la parroquia Poaló, a 40 km de Latacunga (Cotopaxi).
Nicolay Novillo, jefe del destacamento de Policía de Pujilí, explicó que las indagaciones avanzan para establecer qué pasó. “En las próximas horas, el personal especializado
establecerá el tipo de explosivo, a quién pertenecía y cómo apareció en el sitio”, dijo.
Contó que los policías acudieron media hora después al sitio de la explosión. En el piso encontraron a las dos niñas mutiladas y quemadas. Luego del levantamiento de los cuerpos, estos fueron trasladados a la morgue de Latacunga. El sábado pasado, a las 12:00, las hermanas Guanoquiza Choloquinga fueron enterradas en el cementerio de Maca Grande.
Ayer, en la comunidad de Maca Tápulo, lugar donde vivían las menores, María Choloquinga lloraba desconsolada por la muerte de sus hijas. La mujer explicó que a las 09:00 de ese día salieron temprano para pastorear un rebaño de borregos en una propiedad localizada en Cruz Blanca, en el km 15 de la vía a Zumbahua.
La mañana transcurría tranquila. Las niñas jugaban cerca de la carretera. Luego de unos minutos escuché una fuerte explosión. “Corrí a mirar a mis hijos, pero dos estaban muertas. El otro estaba herido. Pedí ayuda a la comunidad. El niño fue conducido hasta el hospital de Pujilí”.
El estallido del artefacto alarmó a las comunidades cercanas. Hasta el sitio de la tragedia llegaron varios comuneros del sector.
“Aún no hay una versión oficial de lo que sucedió, esperamos que se entregue el informe para saber si fue o no una granada, como sospechamos”, aseguró José Guanoquiza, padre de las menores, mientras indicaba algunas fotografías de las niñas.
Los familiares de las niñas fallecidas pedirán apoyo al Movimiento Indígena de Cotopaxi, a la Ecuarunari y a la Conaie, para que este caso se esclarezca. Hoy asistirán a la Fiscalía de asuntos indígenas para pedir que las investigaciones avancen.
El sector de la Cruz Blanca es el sitio de pastoreo de más de 500 familias de las comunidades de la parroquia Poaló. En esta semana, los dirigentes realizarán un rastreo en el sitio para detectar si hay más explosivos.
El pequeño que se sobrevivió se recupera de las heridas en su casa. Él fue dado de alta luego de que le curaron las quemaduras que tiene en sus manos. Él es el hijo menor de los Guanoquiza Choloquinga.
La tragedia ocurrió a las 11:30, en el sector de Cruz Blanca, de la parroquia Poaló, a 40 km de Latacunga (Cotopaxi).
Nicolay Novillo, jefe del destacamento de Policía de Pujilí, explicó que las indagaciones avanzan para establecer qué pasó. “En las próximas horas, el personal especializado
establecerá el tipo de explosivo, a quién pertenecía y cómo apareció en el sitio”, dijo.
Contó que los policías acudieron media hora después al sitio de la explosión. En el piso encontraron a las dos niñas mutiladas y quemadas. Luego del levantamiento de los cuerpos, estos fueron trasladados a la morgue de Latacunga. El sábado pasado, a las 12:00, las hermanas Guanoquiza Choloquinga fueron enterradas en el cementerio de Maca Grande.
Ayer, en la comunidad de Maca Tápulo, lugar donde vivían las menores, María Choloquinga lloraba desconsolada por la muerte de sus hijas. La mujer explicó que a las 09:00 de ese día salieron temprano para pastorear un rebaño de borregos en una propiedad localizada en Cruz Blanca, en el km 15 de la vía a Zumbahua.
La mañana transcurría tranquila. Las niñas jugaban cerca de la carretera. Luego de unos minutos escuché una fuerte explosión. “Corrí a mirar a mis hijos, pero dos estaban muertas. El otro estaba herido. Pedí ayuda a la comunidad. El niño fue conducido hasta el hospital de Pujilí”.
El estallido del artefacto alarmó a las comunidades cercanas. Hasta el sitio de la tragedia llegaron varios comuneros del sector.
“Aún no hay una versión oficial de lo que sucedió, esperamos que se entregue el informe para saber si fue o no una granada, como sospechamos”, aseguró José Guanoquiza, padre de las menores, mientras indicaba algunas fotografías de las niñas.