La tónica en este año ha sido el incremento del desempleo, que a su vez se evidenció en el decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país y la falta de liquidez en los hogares. A esto se suman las estadísticas de inflación.
Estos problemas se dieron a causa de la crisis financiera internacional y por la caída del precio del petróleo a inicios de año. Sin embargo, el valor del crudo se recuperó al finalizar el primer semestre (se ubicó en 62 dólares), pero el desequilibrio de la balanza comercial y la falta de empleo se han mantenido.
Una tasa de desocupación de 7,50% (a diciembre de 2008) marcó el inicio del año. El fenómeno se agudizó al finalizar el primer trimestre del año, cuando el índice de desempleo se ubicó en 8,6%, siendo Quito y Guayaquil las ciudades más afectadas: 6,99% y 14% respectivamente.
El incremento de la subocupación también fue importante: 51,9% en general.
Pero la falta de oportunidades laborales se profundizó y en septiembre se registró un incremento de la desocupación 9,06% y de igual forma Guayaquil fue el más afectado con 12,98%.
El elevado crecimiento del desempleo fue aceptado por el ministro coordinador de la Política Económica, Diego Borja, quien en su momento dijo que el "talón de Aquiles del Gobierno era la falta de empleo".
Mauricio Pozo, ex ministro de Finanzas y analista económico, criticó la "forma irracional de gastar del Régimen", por lo que sentenció, “si el Gobierno cree que porque invierte en el sector público, la economía va a crecer, está absolutamente equivocado. Las cifras demuestran lo contrario y si creen que van a generar empleo están produciendo también lo contrario”.
El Producto Interno Bruto (PIB) del país creció en 6,52% en 2008, lo que representó alrededor de 54 mil millones de dólares en valores netos. Sin embargo, durante este año, el factor común ha sido el decrecimiento del PIB, tanto así que las estimaciones del Banco Central del Ecuador es que crecería en un 0,98%, valor que parecería cumplirse.
De acuerdo a Patricio Almeida, analista económico, el decrecimiento es razonable en vista de que en 2009 la crisis mundial se sintió con mayor fuerza, sobre todo por la caída de las exportaciones petroleras.
“De lo que se ve hasta ahora es que ese 0,98% es una cifra bastante fuerte (posible de cumplir), pero habría que ver qué pasa con el estiaje”, señaló.
Según Almeida, habrá que esperar que termine el año para evaluar cuánto influirá la crisis energética que afecta al país desde el 5 de noviembre sobre el PIB.
En enero Ecuador exportó 825 millones de dólares, mientras que importó mil 322 millones de dólares. Es decir, el año inició con un déficit comercial de 496 millones de dólares, o sea, se compró más al extranjero en ese valor antes que lo que se vendió.
En el primer trimestre las cosas no cambiaron. El déficit se incrementó a 820 millones de dólares, ya que hasta abril el Ecuador exportó 2 mil 596 millones de dólares e importó 3 mil 416 millones de dólares.
En el primer semestre el desequilibrio de la balanza comercial se mantuvo y el déficit se registró en 721 millones de dólares. Con las medidas del Régimen, como la aplicación de la salvaguardias y la restricción en las importaciones, el déficit bajó, aunque no se lo ha superado, es así que a noviembre el déficit se ubicó en 450 millones de dólares.
El 2008 finalizó con un precio del barril de petróleo bajo: 26,09 dólares, así en enero del 2009 el valor aún no presentó recuperación, ya se ubicó en apenas 26,79 dólares y en febrero volvió a bajar a 26,65 dólares.
Pero la recuperación del precio del crudo por barriles se fue dando a lo largo de todo el año, ya en abril el valor del petróleo se reportó en 39,96 dólares. Mientras que para el primer semestre ascendió a 62,78 dólares y a noviembre aumentó a 69,05 dólares.
De acuerdo a Almeida, el fortalecimiento de las exportaciones petroleras ayudaron a mantener la inversión pública, lo que se debía haber traducido en el descenso del desempleo, sin embargo eso no sucedió.
Una inflación de 7,85% se registró en enero, cifra que fue decreciendo en los meses consecutivos, hasta llegar a abril en el que se ubicó en 0,65%. A partir de ese mes se registró un fenómeno preocupante, la inflación presentó un decrecimiento negativo, es decir, se ubicaba por debajo de los meses anteriores.
Estos problemas se dieron a causa de la crisis financiera internacional y por la caída del precio del petróleo a inicios de año. Sin embargo, el valor del crudo se recuperó al finalizar el primer semestre (se ubicó en 62 dólares), pero el desequilibrio de la balanza comercial y la falta de empleo se han mantenido.
Una tasa de desocupación de 7,50% (a diciembre de 2008) marcó el inicio del año. El fenómeno se agudizó al finalizar el primer trimestre del año, cuando el índice de desempleo se ubicó en 8,6%, siendo Quito y Guayaquil las ciudades más afectadas: 6,99% y 14% respectivamente.
El incremento de la subocupación también fue importante: 51,9% en general.
Pero la falta de oportunidades laborales se profundizó y en septiembre se registró un incremento de la desocupación 9,06% y de igual forma Guayaquil fue el más afectado con 12,98%.
El elevado crecimiento del desempleo fue aceptado por el ministro coordinador de la Política Económica, Diego Borja, quien en su momento dijo que el "talón de Aquiles del Gobierno era la falta de empleo".
Mauricio Pozo, ex ministro de Finanzas y analista económico, criticó la "forma irracional de gastar del Régimen", por lo que sentenció, “si el Gobierno cree que porque invierte en el sector público, la economía va a crecer, está absolutamente equivocado. Las cifras demuestran lo contrario y si creen que van a generar empleo están produciendo también lo contrario”.
El Producto Interno Bruto (PIB) del país creció en 6,52% en 2008, lo que representó alrededor de 54 mil millones de dólares en valores netos. Sin embargo, durante este año, el factor común ha sido el decrecimiento del PIB, tanto así que las estimaciones del Banco Central del Ecuador es que crecería en un 0,98%, valor que parecería cumplirse.
De acuerdo a Patricio Almeida, analista económico, el decrecimiento es razonable en vista de que en 2009 la crisis mundial se sintió con mayor fuerza, sobre todo por la caída de las exportaciones petroleras.
“De lo que se ve hasta ahora es que ese 0,98% es una cifra bastante fuerte (posible de cumplir), pero habría que ver qué pasa con el estiaje”, señaló.
Según Almeida, habrá que esperar que termine el año para evaluar cuánto influirá la crisis energética que afecta al país desde el 5 de noviembre sobre el PIB.
En enero Ecuador exportó 825 millones de dólares, mientras que importó mil 322 millones de dólares. Es decir, el año inició con un déficit comercial de 496 millones de dólares, o sea, se compró más al extranjero en ese valor antes que lo que se vendió.
En el primer trimestre las cosas no cambiaron. El déficit se incrementó a 820 millones de dólares, ya que hasta abril el Ecuador exportó 2 mil 596 millones de dólares e importó 3 mil 416 millones de dólares.
En el primer semestre el desequilibrio de la balanza comercial se mantuvo y el déficit se registró en 721 millones de dólares. Con las medidas del Régimen, como la aplicación de la salvaguardias y la restricción en las importaciones, el déficit bajó, aunque no se lo ha superado, es así que a noviembre el déficit se ubicó en 450 millones de dólares.
El 2008 finalizó con un precio del barril de petróleo bajo: 26,09 dólares, así en enero del 2009 el valor aún no presentó recuperación, ya se ubicó en apenas 26,79 dólares y en febrero volvió a bajar a 26,65 dólares.
Pero la recuperación del precio del crudo por barriles se fue dando a lo largo de todo el año, ya en abril el valor del petróleo se reportó en 39,96 dólares. Mientras que para el primer semestre ascendió a 62,78 dólares y a noviembre aumentó a 69,05 dólares.
De acuerdo a Almeida, el fortalecimiento de las exportaciones petroleras ayudaron a mantener la inversión pública, lo que se debía haber traducido en el descenso del desempleo, sin embargo eso no sucedió.
Una inflación de 7,85% se registró en enero, cifra que fue decreciendo en los meses consecutivos, hasta llegar a abril en el que se ubicó en 0,65%. A partir de ese mes se registró un fenómeno preocupante, la inflación presentó un decrecimiento negativo, es decir, se ubicaba por debajo de los meses anteriores.