martes, 8 de febrero de 2011

En Salitre el Río Vínces inunda cultivos y derrumba casas

Al mediodía de ayer, el ruido de maquinaria pesada se mezclaba con el sonido que producía el ingreso del fuerte caudal del río Salitre a través del muro de contención roto. En medio de ambos, una casa de cemento, de dos plantas, estaba a punto de desmoronarse.

Desde la madrugada del sábado, el recinto Los Sauces, del cantón Salitre (Guayas) amaneció bajo el agua. “Como a las tres de la madrugada sentimos un sonido y pensamos que se trataba de un aguacero, pero luego nos dimos cuenta que el muro se había roto”, dijo Jacinto Parrales, morador.

Amplias zonas agrícolas y ganaderas de este sector, en el km 27 de la vía a Salitre, quedaron bajo un enorme espejo de agua. En medio del desastre y el dolor, en algunos casos perdieron sus arrozales y en otros están a punto de perder sus platanales.

La situación más dramática la vive la familia de Miguel Vera León. La casa del agricultor, de 80 años, estaba a punto de terminar se irse junto a la corriente. El muro se rompió a 6 metros de su vivienda de dos pisos color melón, donde viven tres familias.

Mientras ayudaba a retirar las pertenencias de la casa, su yerno Wílmer Palma explicó que la fuerza con que empezó a entrar el agua fue carcomiendo más el muro hasta que la corriente entró a la vivienda que fue construida cuatro años atrás.

John Sánchez, del departamento municipal de Servicios Generales, dijo que la casa empezó a ceder cerca de las 01:00 de ayer. Para entonces las pertenencias de las tres familias que habitaban allí ya habían sido retiradas. Su caída era cuestión de horas.

El alcalde de Salitre, Francisco León, aseguró, en el sitio mismo del desastre, que buscarán una fórmula para ayudar a Miguel Vera y a otros agricultores que son afectados para que construyan sus casas en otros sectores .

León anunció que no se declarará la emergencia en Salitre por las lluvias. “El rato que mando al cantón a emergencia liquido automáticamente al sector productivo porque la gente vive del turismo y en emergencia el turista se ahuyenta”.

La decisión de la autoridad cantonal se basa, además, en que la emergencia declarada en el invierno del 2010 lo que hizo fue dejarlos con deudas. El Alcalde dijo que aún se le adeuda al Ayuntamiento USD 700 000 de fondos municipales utilizados para contener la fuerza de las lluvias.

Cerca de la casa de la familia León, otro agricultor, Gaudencio Franco, clamó ayuda. Este septuagenario contó que hace 14 años levantó su casa de ladrillo, sin bases ni pilares, en un terreno que le donó su fallecido hermano. Ahora la edificación está bajo el agua, como una cuadra de arroz y varias gallinas que se ahogaron.

César Vera vive hace 30 años en una casa de madera junto a la carretera. Actualmente está rodeado de agua. “El nivel subió más de un metro. Aquí no se metía el río. Por eso en esta zona hay un hacendado que cría ganado y que empezó a evacuarlo”. Al igual que el resto de los moradores, la riada lo tomó de sorpresa y no pudo salvar seis gallinas.

Su familia y la de su vecino, el panadero Nelson Mora, completan las cinco familias que estaban en lista para ser evacuadas al albergue municipal ubicado en la vía a Samborondón. “Hay dos cuartos listos, con 11 literas cada uno, para los primeros afectados de las lluvias en el cantón”, dijo Pilar Vargas, empleada del sitio.

La esposa de Mora, Neuri Franco, y su pequeño hijo Aaron fueron los primeros en llegar albergue a las 14:00 con unos colchones y unos pocos enseres.