El subsidio de 60% que otorga el Estado para la contratación de seguros agrícolas se amplió a más productos. Antes sólo se subsidiaba a los cultivos de arroz, maíz duro, papa y trigo. Ahora también aplica para tomate riñón, fréjol, maíz suave, soya, caña de azúcar, banano y tomate de árbol.
El seguro agrícola cubre las pérdidas ocasionadas cuando un cultivo resulta dañado por fenómenos naturales, plagas y enfermedades incontrolables. Funciona igual a un seguro vehicular: se contrata una póliza, se paga una prima y de ocurrido el siniestro el agricultor sólo paga un deducible y el seguro le reconoce los costos de producción del cultivo afectado.
Este tipo de seguros “son muy costosos y por eso la mayoría de agricultores no lo tienen y pierden la inversión cuando hay fenómenos naturales”, explicó Ignacio Pérez, floricultor.
Por esa razón en mayo pasado el Gobierno creó el subsidio al seguro agrícola. El Gobierno paga el 60% del costo de la prima y el 40% restante lo costea el agricultor. Por el momento el Gobierno trabaja con Seguros Colonial, pero se prevé incorporar a más aseguradoras.
La unidad encargada del tema es ‘Agro Seguros’ del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap). Esta unidad empezó a funcionar en mayo del año pasado y a diciembre de 2010 subsidió 3.000 pólizas correspondientes a 17.402 hectáreas (ha). Esto le representó al Estado 417.754 millones de dólares.
Pero la meta del Gobierno para este año es crecer en 32.933 pólizas más. Es decir, el Estado subsidiará a 35.933 pólizas en 2011. Para ello se presupuestaron 12 millones de dólares.
Para favorecer a más agricultores, Agro Seguros amplió el subsidio a siete cultivos más. La extensión es bien vista por los productores, sobre todo porque “es una ayuda cuando se pierden las plantaciones y mucho más cuando el producto se endeuda, se queda con la pérdida y el pago del crédito”, anotó Pérez.
De su lado, Bolívar Cevallos, expresidente de la Cámara de Agricultura de la Primera Zona, apuntó que “se debería masificar”, es decir, debería beneficiar a todos los pequeños y medianos agricultores que son los más vulnerables. Además porque “la actividad agrícola es una de las más riesgosas y el seguro es una forma de recuperar las inversiones”.
Las duración de la póliza depende del ciclo del cultivo.
El monto de la prima se calcula de acuerdo al costo de producción por hectárea según el cultivo.
El seguro agrícola cubre las pérdidas ocasionadas cuando un cultivo resulta dañado por fenómenos naturales, plagas y enfermedades incontrolables. Funciona igual a un seguro vehicular: se contrata una póliza, se paga una prima y de ocurrido el siniestro el agricultor sólo paga un deducible y el seguro le reconoce los costos de producción del cultivo afectado.
Este tipo de seguros “son muy costosos y por eso la mayoría de agricultores no lo tienen y pierden la inversión cuando hay fenómenos naturales”, explicó Ignacio Pérez, floricultor.
Por esa razón en mayo pasado el Gobierno creó el subsidio al seguro agrícola. El Gobierno paga el 60% del costo de la prima y el 40% restante lo costea el agricultor. Por el momento el Gobierno trabaja con Seguros Colonial, pero se prevé incorporar a más aseguradoras.
La unidad encargada del tema es ‘Agro Seguros’ del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap). Esta unidad empezó a funcionar en mayo del año pasado y a diciembre de 2010 subsidió 3.000 pólizas correspondientes a 17.402 hectáreas (ha). Esto le representó al Estado 417.754 millones de dólares.
Pero la meta del Gobierno para este año es crecer en 32.933 pólizas más. Es decir, el Estado subsidiará a 35.933 pólizas en 2011. Para ello se presupuestaron 12 millones de dólares.
Para favorecer a más agricultores, Agro Seguros amplió el subsidio a siete cultivos más. La extensión es bien vista por los productores, sobre todo porque “es una ayuda cuando se pierden las plantaciones y mucho más cuando el producto se endeuda, se queda con la pérdida y el pago del crédito”, anotó Pérez.
De su lado, Bolívar Cevallos, expresidente de la Cámara de Agricultura de la Primera Zona, apuntó que “se debería masificar”, es decir, debería beneficiar a todos los pequeños y medianos agricultores que son los más vulnerables. Además porque “la actividad agrícola es una de las más riesgosas y el seguro es una forma de recuperar las inversiones”.
Las duración de la póliza depende del ciclo del cultivo.
El monto de la prima se calcula de acuerdo al costo de producción por hectárea según el cultivo.