Una comunidad lojana que vive con enanismo y que nunca ha mostrado casos de cáncer o diabetes, podría tener el secreto para combatir estas enfermedades, afirma una investigación.
El estudio fue realizado por un equipo de científicos de Estados Unidos y Ecuador, quienes, durante más de 20 años siguieron a los pobladores de una localidad formada por individuos que tienen síndrome de Laron, el cual evita que el organismo utilice adecuadamente la hormona del crecimiento.
Los expertos creen que esta mutación genética podría ser la clave para prevenir dos de los mayores ‘asesinos’ de la humanidad: el cáncer y la diabetes. Esto debido a que hay la posibilidad de poder desarrollar un medicamento que también proteja a adultos de estatura normal.
Comenzó cuando Jaime Guevara, especialista en diabetes del Instituto de Endocrinología, Metabolismo y Reproducción en Quito, descubrió la comunidad. Entonces decidió analizar las razones por las cuales los niños del poblado mostraban atrofia en el crecimiento.
Al realizar un reconocimiento general, el médico observó un patrón: entre los pobladores con enanismo no había casos de cáncer, mientras que la patología era prevalente entre sus parientes de estatura normal.
A medida que pasó el tiempo el investigador también se dio cuenta que los adultos con síndrome de Leron no morían a causa de las entidades crónicas usuales.
Como se asumió que los factores de riesgo ambientes y los factores genéticos eran los mismos entre ambos grupos, los investigadores concluyeron que la responsable -al menos entre los adultos que ya habían pasado su período de crecimiento- era la actividad de la hormona de crecimiento.
Para descubrir cómo la deficiencia en la hormona de crecimiento protege de cáncer y diabetes, los científicos llevaron a cabo análisis de muestras de sangre. Así descubrieron que el síndrome de Laron tiene un doble efecto: protege al ADN de los daños y promueve el suicidio de las células muy deterioradas.
En Estados Unidos ya existen medicamentos aprobados para bloquear la hormona de crecimiento en humanos, pero se utilizan únicamente como tratamiento de gigantismo.
Los científicos señalan que este tipo de fármaco sólo sería apropiado como tratamiento preventivo de cáncer hasta que se inicia la vejez, cuando comienza a disminuir la actividad de la hormona.
El estudio fue realizado por un equipo de científicos de Estados Unidos y Ecuador, quienes, durante más de 20 años siguieron a los pobladores de una localidad formada por individuos que tienen síndrome de Laron, el cual evita que el organismo utilice adecuadamente la hormona del crecimiento.
Los expertos creen que esta mutación genética podría ser la clave para prevenir dos de los mayores ‘asesinos’ de la humanidad: el cáncer y la diabetes. Esto debido a que hay la posibilidad de poder desarrollar un medicamento que también proteja a adultos de estatura normal.
Comenzó cuando Jaime Guevara, especialista en diabetes del Instituto de Endocrinología, Metabolismo y Reproducción en Quito, descubrió la comunidad. Entonces decidió analizar las razones por las cuales los niños del poblado mostraban atrofia en el crecimiento.
Al realizar un reconocimiento general, el médico observó un patrón: entre los pobladores con enanismo no había casos de cáncer, mientras que la patología era prevalente entre sus parientes de estatura normal.
A medida que pasó el tiempo el investigador también se dio cuenta que los adultos con síndrome de Leron no morían a causa de las entidades crónicas usuales.
Como se asumió que los factores de riesgo ambientes y los factores genéticos eran los mismos entre ambos grupos, los investigadores concluyeron que la responsable -al menos entre los adultos que ya habían pasado su período de crecimiento- era la actividad de la hormona de crecimiento.
Para descubrir cómo la deficiencia en la hormona de crecimiento protege de cáncer y diabetes, los científicos llevaron a cabo análisis de muestras de sangre. Así descubrieron que el síndrome de Laron tiene un doble efecto: protege al ADN de los daños y promueve el suicidio de las células muy deterioradas.
En Estados Unidos ya existen medicamentos aprobados para bloquear la hormona de crecimiento en humanos, pero se utilizan únicamente como tratamiento de gigantismo.
Los científicos señalan que este tipo de fármaco sólo sería apropiado como tratamiento preventivo de cáncer hasta que se inicia la vejez, cuando comienza a disminuir la actividad de la hormona.