jueves, 3 de febrero de 2011

Dos ex militares deberán declarar sobre la muerte del general Gabela

Sobre el escritorio del fiscal René Astudillo, fiscal de Samborondón,descansan las 600 hojas que componen el proceso por la muerte del general retirado Jorge Gabela Bueno.

En el proceso se recogen también las declaraciones de Patricia Ochoa, esposa de Gabela, y de Anahí, la hija menor del matrimonio. Esas versiones resultan fundamentales dentro de las investigaciones de la Fiscalía.

Gabela, quien se desempeñó como comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) hasta febrero del 2008, fue baleado en su casa, en la vía a Samborondón, la noche del pasado sábado 18 de diciembre. El general murió diez días después, luego de tres operaciones infructuosas para salvarle la vida, en el Hospital Luis Vernaza de la ciudad de Guayaquil.

Meses antes, el general había expresado frente a la Comisión de Fiscalización de la Asamblea sus dudas con respecto a la adquisición por parte de Ecuador de los helicópteros indios Dhruv.

Aquel sábado de enero, cuando fue victimado, la esposa de Gabela y la hija de la pareja presenciaron cuando el general fue baleado en el portal de ingreso de la vivienda. “Mi esposo bajó en pijama las escaleras. Entonces fue baleado”, relató la esposa.

Al respecto, la Fiscalía solicitó que rinda su versión el general (sp) Rodrigo Bohórquez, quien reemplazó a Gabela al mando de la FAE. Bohórquez, quien dejó la Comandancia de la FAE en febrero del 2010, es acusado por la viuda de Gabela por lanzar amenazas en contra de su esposo.

Tito Quintero, el abogado de la familia Gabela, sostiene que la versión de Manuel S. M. es trascendente. “El fue un militar subalterno del general Gabela que está preso por estar involucrado en una presunta venta de tierras. Gabela lo sancionó cuando ejercía como comandante de la FAE, y este militar en respuesta presentó una acción legal”. El Fiscal, sin embargo, aseguró desconocer por qué está recluido Manuel S. M. ni si ocupaba un rango en las Fuerzas Armadas.

El Fiscal cuestionó además la falta de seguridades dentro de la urbanización aquella noche. Por ello llamó a declarar al jefe de la guardia del conjunto privado, a la persona de la guardia de aquella noche y a vecinos de la familia.

Según la Fiscalía, el portero no tenía las habilidades para la vigilancia y el control del ingreso de extraños al conjunto privado.

En la garita de ingreso a la urbanización existe un intercomunicador con conexión a las viviendas. Sin embargo, aquel sábado Gabela y su esposa no fueron alertados del ingreso de un vehículo con dirección a su residencia.

El vehículo seguido detrás al auto que conducía la hija menor de Gabela. Ambos autos ingresaron y, cuando la hija de Gabela se bajó, fue empujada al interior por los victimarios del general.

La viuda de Gabela rechaza que su hija haya sido víctima de un intento de secuestro exprés. Cree que quienes ingresaron detrás de su hija, pretendían en realidad matar al ex militar.

La Fiscalía aún no ha podido receptar la versión del general Bohórquez. Esto porque, según Astudillo, desconocen su lugar de residencia para poder notificarlo. “Pedimos a la FAE que nos remita copias certificadas de la hoja de vida y demás datos domiciliarios del pronombrado, para con ello señalar fecha y lugar para que rinda su versión”, indicó el Fiscal.