Los delincuentes envían correos electrónicos a nombre de los bancos en los que piden actualización de datos y claves personales
Setecientas diez denuncias de usuarios de bancos afectados por el robo de dinero a través de la Internet y la clonación de tarjetas de crédito en los cajeros automáticos reposan en la Fiscalía. Este es un delito que según lo demuestran las estadísticas policiales, va en aumento en el Ecuador.
El viernes último, decenas de esos afectados participaron en el primer plantón para exigir que la Fiscalía investigue y que los bancos asuman la responsabilidad de responder por el dinero de los clientes y de garantizar un buen servicio.
Jorge Dueñas, de 55 años, cliente de uno de los bancos, contó que a él los delincuentes informáticos le robaron $6 400, "dinero que lo reuní con tanto sacrificio, durante mucho tiempo, para emprender un negocio creyendo que iba a estar más seguro en la cuenta del banco".
Él, al igual que afectados como Silvana Cárdenas, Álex Beltrán, Jhanet Andrade, etc, creen que en los bancos hay malos empleados que filtran información de cuentas y claves a redes de delincuentes informáticos.
Cinco delitos informáticos cada día.- Desde agosto de 2010 se ha hecho pública esta nueva forma delictiva relacionada con el robo de dinero de las cuentas bancarias a través de Internet. Los autores son hackers, en supuesta confabulación con empleados bancarios.
Christian Pérez Duque, jefe Misceláneos de la PJ de Pichincha, confirmó que este delito "está de moda", y que han identificado varias modalidades, en las que ciertas seguridades de las tarjetas de crédito, de débito y aquellas que se manejan con un sistema de coordenadas, son vulneradas por los delincuentes.
El método básico consiste en enviar previamente correos electrónicos que parecen provenir de una institución financiera.
Según consta en la página web de la Superintendencia de Bancos, el "phishing" y "pharming" consisten en el robo de información a través de señuelos o páginas web falsas de bancos subidas a Internet, cuyo fin es que las víctimas ingresen sus datos.
Una vez conseguida la información de clientes de los bancos, los hackers verifican los saldos de cuentas y realizan las transacciones. Para el efecto primero sacan el dinero de la cuenta A, la transfieren a la cuenta B, de aquí la pasan la plata a la cuenta C; y, finalmente, retiran el dinero por cajero automático, dijo Pérez.
Setecientas diez denuncias de usuarios de bancos afectados por el robo de dinero a través de la Internet y la clonación de tarjetas de crédito en los cajeros automáticos reposan en la Fiscalía. Este es un delito que según lo demuestran las estadísticas policiales, va en aumento en el Ecuador.
El viernes último, decenas de esos afectados participaron en el primer plantón para exigir que la Fiscalía investigue y que los bancos asuman la responsabilidad de responder por el dinero de los clientes y de garantizar un buen servicio.
Jorge Dueñas, de 55 años, cliente de uno de los bancos, contó que a él los delincuentes informáticos le robaron $6 400, "dinero que lo reuní con tanto sacrificio, durante mucho tiempo, para emprender un negocio creyendo que iba a estar más seguro en la cuenta del banco".
Él, al igual que afectados como Silvana Cárdenas, Álex Beltrán, Jhanet Andrade, etc, creen que en los bancos hay malos empleados que filtran información de cuentas y claves a redes de delincuentes informáticos.
Cinco delitos informáticos cada día.- Desde agosto de 2010 se ha hecho pública esta nueva forma delictiva relacionada con el robo de dinero de las cuentas bancarias a través de Internet. Los autores son hackers, en supuesta confabulación con empleados bancarios.
Christian Pérez Duque, jefe Misceláneos de la PJ de Pichincha, confirmó que este delito "está de moda", y que han identificado varias modalidades, en las que ciertas seguridades de las tarjetas de crédito, de débito y aquellas que se manejan con un sistema de coordenadas, son vulneradas por los delincuentes.
El método básico consiste en enviar previamente correos electrónicos que parecen provenir de una institución financiera.
Según consta en la página web de la Superintendencia de Bancos, el "phishing" y "pharming" consisten en el robo de información a través de señuelos o páginas web falsas de bancos subidas a Internet, cuyo fin es que las víctimas ingresen sus datos.
Una vez conseguida la información de clientes de los bancos, los hackers verifican los saldos de cuentas y realizan las transacciones. Para el efecto primero sacan el dinero de la cuenta A, la transfieren a la cuenta B, de aquí la pasan la plata a la cuenta C; y, finalmente, retiran el dinero por cajero automático, dijo Pérez.