La huelga de los policías en el Regimiento Quito N° 1 y en varios repartos del Distrito Metropolitano, para reclamar contra la eliminación de condecoraciones y bonificaciones, provocó un remezón en la cúpula de la Policía Nacional.
Cinco generales de la promoción del renunciante comandante de Policía, Freddy Martínez, pasaron a disponibilidad, tras el nombramiento de Patricio Franco para dirigir la institución. Los generales que dejaron la institución son: Martínez, Florencio Ruiz, Euclides Mantilla, Jaime Vaca, Rafael Yépez y Carlos Arcos.
Franco pertenece a la última promoción de ascensos de generales, junto a Nelson Argüello, Wilson Alulema y Rodrigo Suárez. Horas antes del anuncio, la incertidumbre reinaba entre los oficiales y la tropa.
Florencio Ruiz había asumido la Comandancia, en forma temporal, mientras Martínez, con los ojos enrojecidos, anunciaba su renuncia. Convocó a la prensa, habló por siete minutos y no admitió preguntas.
“Ayer fue un día lamentable, crítico y caótico, hubo desorden por doquier, se irrespetó al comandante, al Ministro del Interior y al Presidente de la República”, señaló el oficial.
Pensó renunciar el mismo día de los incidentes, pero la preocupación por la seguridad del jefe de Estado, Rafael Correa, evitó la decisión, señaló.
Una vez que retornó la calma, con el Primer Mandatario, sano y salvo, en Carondelet, “creo que es el momento oportuno para presentar mi renuncia”, dijo con la voz quebrada.
Precisó que se va triste, porque la salida del presidente Correa de las instalaciones del hospital de la Policía, en donde fue atendido, dejó policías heridos, muertos y, posiblemente, también militares heridos. “Todo esto ha sido lamentable y doloroso”.
Justificó, que tras haber sido irrespetado, maltratado y agredido por sus subalternos, no podía quedarse al frente de la institución. Antes de irse hubo un pedido para las autoridades del Gobierno: “Que revise con acuciosidad la Ley, que fue la causa de los desatinos” para no afectar a los uniformados.
Por lo riesgoso del trabajo de los gendarmes, insistió en que algún tipo de compensación debió establecerse en la Ley con relación a los demás servidores públicos.
Luego contó que por primera vez recibió una pedrada. “Empecé a ver sangre en mi cabeza, algo que no me han hecho ni los manifestantes”. Le dolió que se hayan hecho circular correos que afectaban incluso su dignidad como persona. En ese momento se le achicó la voz, tomó un sorbo de agua y abandonó el décimo piso de la institución.
Florencio Ruiz, quien fue el comandante de la Policía por unas horas, también consideró que “las condecoraciones y bonificaciones por los ascensos siempre han sido un estímulo para los policías”. Al presidente Correa le pidió que tenga la sensibilidad de tratar el tema en una mesa de diálogo.
Además solicitó el inicio de investigaciones para determinar responsabilidades por los incidentes, ya que “la Policía ha sido desangrada, tenemos dos muertos y 30 heridos por balas de fusiles”, puntualizó.
Militares a investigación
En las Fuerzas Armadas también habrá indagaciones, pues el jefe del Comando Conjunto, Ernesto González, aseguró que se analizará la conducta de los uniformados que protestaron el 30 de septiembre, a quienes la institución aplicará las normas internas respectivas.
Fuentes militares indicaron que iniciará una investigación a los miembros de las tropas que se tomaron las bases aéreas de Quito y Latacunga, así como a los cabecillas de la protesta que hubo en la Recoleta, donde los soldados interrumpieron el servicio del sistema de Trolebús.
Este proceso se justifica “porque las Fuerzas Armadas son una institución de protección, que respeta el estado de Derecho y no son deliberantes”.
Las indagaciones determinarán el grado de responsabilidad de los participantes en las protestas, quienes recibirán sanciones, que dependiendo de la gravedad de las faltas cometidas, alguno podría hasta ser dado de baja, aseguró la fuente.
La indagación se hará, aunque el ministro de Defensa, Javier Ponce, anunció que no tomarán represalias en contra de los uniformados que participaron en la toma de la pista del aeropuerto Mariscal Sucre.
Este ofrecimiento fue expuesto durante la reunión realizada con los uniformados, en la Base Aérea de Quito, para que levanten la medida de hecho y permitan la reapertura de los vuelos nacionales e internacionales.