Al menos 108 personas murieron y más de 500 se encontraban desaparecidas tras un fuerte terremoto de magnitud 7,7 que afectó el lunes por la noche la costa oeste de Indonesia, provocando un tsunami con olas de tres metros de altura en varias islas.
Unas olas de tres metros de alto devastaron una decena de poblados costeros del archipiélago de Mentawai, a lo largo de la isla de Sumatra, una de las zonas más amenazadas por los sismos en Indonesia.
Un grupo de turistas australianos señalaron haber visto “una pared de agua blanca de espuma” derrumbarse sobre su barco y destruirlo, dejándoles tan solo el tiempo de lanzarse al agua.
Todos los pasajeros sobrevivieron, algunos volvieron a la tierra firme al agarrarse a las ramas pese a la oscuridad.
El balance provisional era anoche de “108 muertos y 502 desaparecidos”, declaró Hendri Dori Satoko, diputado de las islas Mentawai.
El sismo se produjo a las 21:42 locales (08:42 en Ecuador) a una profundidad de 14,2 kilómetros y provocó un “tsunami significativo”, según el Instituto Geofísico de Estados Unidos (USGS).
El responsable del centro de crisis del ministerio indonesio de Salud, el doctor Mudjiharto, afirmó que se registraron olas de hasta tres metros en la isla de Pagai Sur. “En el pueblo de Muntei, 80% de las viviendas del pueblo de Muntei sufrieron daños y mucha gente se encuentra desaparecida”, continuó.
Otro desastre natural que golpeó las islas fue la erupción del volcán Merapi, ubicado en la isla de Java, que mató al menos a 13 personas, según un nuevo balance.
“Doce personas murieron”, declaró a los periodistas el responsable de los servicios de socorro de la localidad de Yogyakarta, Taufiq, precisando que sufrieron quemaduras provocadas por nubes de calor. El balance precedente era de una única víctima, un bebé de tres meses.
Las autoridades habían ordenado el lunes la evacuación de los 19.000 habitantes que viven en los alrededores, pero muchos hombres, principalmente granjeros, prefirieron no ser evacuados.
La situación
Indonesia se encuentra en el ‘Cinturón de fuego’ del Océano Pacífico, donde el choque de placas continentales provoca una fuerte actividad volcánica y frecuentes temblores de tierra a menudo de gran intensidad.
En junio pasado, un sismo de magnitud 7,1 mató a 17 personas y dejó miles de damnificados en la costa norte de Papúa.
La inmensa isla de Sumatra fue epicentro en diciembre de 2004 de un tsunami provocado por un sismo de magnitud 9,3 frente a sus costas, que mató a unas 168.000 personas sólo en Indonesia y que resultó mortífero también para otros países del sudeste asiático y el subcontinente indio.
Unas olas de tres metros de alto devastaron una decena de poblados costeros del archipiélago de Mentawai, a lo largo de la isla de Sumatra, una de las zonas más amenazadas por los sismos en Indonesia.
Un grupo de turistas australianos señalaron haber visto “una pared de agua blanca de espuma” derrumbarse sobre su barco y destruirlo, dejándoles tan solo el tiempo de lanzarse al agua.
Todos los pasajeros sobrevivieron, algunos volvieron a la tierra firme al agarrarse a las ramas pese a la oscuridad.
El balance provisional era anoche de “108 muertos y 502 desaparecidos”, declaró Hendri Dori Satoko, diputado de las islas Mentawai.
El sismo se produjo a las 21:42 locales (08:42 en Ecuador) a una profundidad de 14,2 kilómetros y provocó un “tsunami significativo”, según el Instituto Geofísico de Estados Unidos (USGS).
El responsable del centro de crisis del ministerio indonesio de Salud, el doctor Mudjiharto, afirmó que se registraron olas de hasta tres metros en la isla de Pagai Sur. “En el pueblo de Muntei, 80% de las viviendas del pueblo de Muntei sufrieron daños y mucha gente se encuentra desaparecida”, continuó.
Otro desastre natural que golpeó las islas fue la erupción del volcán Merapi, ubicado en la isla de Java, que mató al menos a 13 personas, según un nuevo balance.
“Doce personas murieron”, declaró a los periodistas el responsable de los servicios de socorro de la localidad de Yogyakarta, Taufiq, precisando que sufrieron quemaduras provocadas por nubes de calor. El balance precedente era de una única víctima, un bebé de tres meses.
Las autoridades habían ordenado el lunes la evacuación de los 19.000 habitantes que viven en los alrededores, pero muchos hombres, principalmente granjeros, prefirieron no ser evacuados.
La situación
Indonesia se encuentra en el ‘Cinturón de fuego’ del Océano Pacífico, donde el choque de placas continentales provoca una fuerte actividad volcánica y frecuentes temblores de tierra a menudo de gran intensidad.
En junio pasado, un sismo de magnitud 7,1 mató a 17 personas y dejó miles de damnificados en la costa norte de Papúa.
La inmensa isla de Sumatra fue epicentro en diciembre de 2004 de un tsunami provocado por un sismo de magnitud 9,3 frente a sus costas, que mató a unas 168.000 personas sólo en Indonesia y que resultó mortífero también para otros países del sudeste asiático y el subcontinente indio.