El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, descartó este jueves una posible nueva situación de desestabilización en Ecuador tras la rebelión policial del mes pasado, hecho que constituyó a su juicio un "intento de golpe de Estado".
"No tengo ninguna preocupación urgente de que esto pueda volver a suceder", dijo Insulza durante un evento en un centro de análisis en Washington.
Insulza afirmó que la situación en Ecuador es "estable", luego de que el 30 de septiembre cientos de policías se amotinaran, llegando a retener por varias horas al presidente Rafael Correa, quien debió ser rescatado en un operativo militar.
"Para mí, esto fue un intento de golpe de Estado", dijo Insulza, una posición similar a la que ha mantenido el presidente Correa.
Insulza admitió que no todos los policías buscaban desalojar del poder a Correa, pero aseguró que muchos estaban dispuestos a llevar la rebelión hasta las últimas consecuencias, en un intento por desestabilizar el gobierno.
El titular de la OEA fustigó a la oposición ecuatoriana por no condenar firmemente los hechos mientras sucedían. Algunos esperaban ver primero cuál era el resultado de la rebelión, afirmó.
Insulza defendió la actuación "a tiempo" de la OEA, que condenó rápidamente la rebelión y dio su apoyo a Correa, en contraposición al "fracaso" en Honduras, donde la organización "actuó tarde" y no pudo evitar el golpe de Estado de junio de 2009.
"Lo peor que podemos hacer es crear más conflictos" en la OEA, que actúa como "bombero, que batalla el fuego con agua y no con más fuego", dijo Insulza, al rechazar críticas de que la organización es firme frente a algunos hechos pero blanda ante gobiernos como los de Venezuela o Nicaragua.
"Esta no es una organización de guerreros" ni es "supranacional", afirmó Insulza. "Tratamos de resolver los conflictos y mi regla es mantener a la OEA unida", agregó.
"No tengo ninguna preocupación urgente de que esto pueda volver a suceder", dijo Insulza durante un evento en un centro de análisis en Washington.
Insulza afirmó que la situación en Ecuador es "estable", luego de que el 30 de septiembre cientos de policías se amotinaran, llegando a retener por varias horas al presidente Rafael Correa, quien debió ser rescatado en un operativo militar.
"Para mí, esto fue un intento de golpe de Estado", dijo Insulza, una posición similar a la que ha mantenido el presidente Correa.
Insulza admitió que no todos los policías buscaban desalojar del poder a Correa, pero aseguró que muchos estaban dispuestos a llevar la rebelión hasta las últimas consecuencias, en un intento por desestabilizar el gobierno.
El titular de la OEA fustigó a la oposición ecuatoriana por no condenar firmemente los hechos mientras sucedían. Algunos esperaban ver primero cuál era el resultado de la rebelión, afirmó.
Insulza defendió la actuación "a tiempo" de la OEA, que condenó rápidamente la rebelión y dio su apoyo a Correa, en contraposición al "fracaso" en Honduras, donde la organización "actuó tarde" y no pudo evitar el golpe de Estado de junio de 2009.
"Lo peor que podemos hacer es crear más conflictos" en la OEA, que actúa como "bombero, que batalla el fuego con agua y no con más fuego", dijo Insulza, al rechazar críticas de que la organización es firme frente a algunos hechos pero blanda ante gobiernos como los de Venezuela o Nicaragua.
"Esta no es una organización de guerreros" ni es "supranacional", afirmó Insulza. "Tratamos de resolver los conflictos y mi regla es mantener a la OEA unida", agregó.