El vicealmirante Homero Arellano es el nuevo secretario nacional de Inteligencia (Senein), en reemplazo de Francisco Jijón. El decreto fue firmado ayer por el presidente Correa.
El oficial en servicio pasivo ha trabajado de cerca, sobre todo, con el vicepresidente Lenín Moreno, desde que dejó la Comandancia de la Marina en 2008, tras una sublevación en su interior.
Esta se produjo por los ascensos en esa fuerza y fue admitida en la ceremonia de posesión de su sucesor Livio Espinosa, en febrero de 2008. Ahí Arellano dijo que el 21 de diciembre de 2007 sí hubo insubordinación y que los infantes de Marina involucrados "fueron utilizados". Y que hubo una "montada e intensa campaña mediática que hipersensibilizaron al tema y teatralizaron renuncias frente a hombres en formación y se auspició el desacato a la autoridad, rayando en la insubordinación".
Arellano presentó su disponibilidad el 16 de enero de 2008 y fue el final de un enfrentamiento entre altos mandos de la Armada, tras la decisión del presidente Correa de ratificarlo en su cargo. Pese a esto, Arellano se quedó en el Gobierno y trabajaba junto a Moreno, quien fue su compañero en el colegio Mejía de Quito.
Para julio de 2009, se hizo público que él fue autor de una de las tres cartas que recibió el presidente Correa sobre el manejo de Petroecuador, que estaba en manos de la Marina.
Su carta es la del 3 de junio de 2008, donde le dijo a Correa que la salida de Fernando Zurita de Petroecuador se debía a un complot y le advirtió de un ingreso excesivo de personal a la petrolera. "Como le anticipé por teléfono, considero que la salida del contralmirante Fernando Zurita de la Presidencia de Petroecuador fue el epílogo de un "complot" organizado por grupos perfectamente identificados por usted, que pretenden beneficiarse de contratos petroleros. El caso más emblemático es el del ciudadano José Dapelo y sus empresas, como ya se ha hecho público. La primera acción que debí enfrentar, en la línea de defensa de los intereses nacionales para acabar con las mafias del gas, fue impedir la arbitraria concesión de un inmenso sector de playa y bahía a favor de Ecoterm, de propiedad de José Dapelo, para el funcionamiento de una terminal de almacenamiento de derivados de petróleo por constituir un evidente acto de competencia contra el proyecto estatal de construir la planta de almacenamiento de GLP".
Arellano asume la Secretaría Nacional de Inteligencia en medio de cuestionamientos del presidente Correa al trabajo de esa oficina y al anuncio de que el sistema volverá al Comando Conjunto.
Ayer, el periódico La Jornada, de México, publicó una entrevista a Correa, en donde afirma que una de las causas de la rebelión policial fue la debilidad de los servicios de inteligencia, que han estado al servicio de los EEUU.
Esa penetración, agregó, obligó a reorganizar esa área en donde hubo una traición, especialmente en la Policía. "Hemos tenido que buscar cuadros alternativos, algo que no se forma de la noche a la mañana", afirmó.
El oficial en servicio pasivo ha trabajado de cerca, sobre todo, con el vicepresidente Lenín Moreno, desde que dejó la Comandancia de la Marina en 2008, tras una sublevación en su interior.
Esta se produjo por los ascensos en esa fuerza y fue admitida en la ceremonia de posesión de su sucesor Livio Espinosa, en febrero de 2008. Ahí Arellano dijo que el 21 de diciembre de 2007 sí hubo insubordinación y que los infantes de Marina involucrados "fueron utilizados". Y que hubo una "montada e intensa campaña mediática que hipersensibilizaron al tema y teatralizaron renuncias frente a hombres en formación y se auspició el desacato a la autoridad, rayando en la insubordinación".
Arellano presentó su disponibilidad el 16 de enero de 2008 y fue el final de un enfrentamiento entre altos mandos de la Armada, tras la decisión del presidente Correa de ratificarlo en su cargo. Pese a esto, Arellano se quedó en el Gobierno y trabajaba junto a Moreno, quien fue su compañero en el colegio Mejía de Quito.
Para julio de 2009, se hizo público que él fue autor de una de las tres cartas que recibió el presidente Correa sobre el manejo de Petroecuador, que estaba en manos de la Marina.
Su carta es la del 3 de junio de 2008, donde le dijo a Correa que la salida de Fernando Zurita de Petroecuador se debía a un complot y le advirtió de un ingreso excesivo de personal a la petrolera. "Como le anticipé por teléfono, considero que la salida del contralmirante Fernando Zurita de la Presidencia de Petroecuador fue el epílogo de un "complot" organizado por grupos perfectamente identificados por usted, que pretenden beneficiarse de contratos petroleros. El caso más emblemático es el del ciudadano José Dapelo y sus empresas, como ya se ha hecho público. La primera acción que debí enfrentar, en la línea de defensa de los intereses nacionales para acabar con las mafias del gas, fue impedir la arbitraria concesión de un inmenso sector de playa y bahía a favor de Ecoterm, de propiedad de José Dapelo, para el funcionamiento de una terminal de almacenamiento de derivados de petróleo por constituir un evidente acto de competencia contra el proyecto estatal de construir la planta de almacenamiento de GLP".
Arellano asume la Secretaría Nacional de Inteligencia en medio de cuestionamientos del presidente Correa al trabajo de esa oficina y al anuncio de que el sistema volverá al Comando Conjunto.
Ayer, el periódico La Jornada, de México, publicó una entrevista a Correa, en donde afirma que una de las causas de la rebelión policial fue la debilidad de los servicios de inteligencia, que han estado al servicio de los EEUU.
Esa penetración, agregó, obligó a reorganizar esa área en donde hubo una traición, especialmente en la Policía. "Hemos tenido que buscar cuadros alternativos, algo que no se forma de la noche a la mañana", afirmó.