Los cadáveres de Pedro Mendoza y Ángel Vera fueron encontrados luego de 138 horas de intensa labor en el buzón del yacimiento en el que se calculaba que estarían y al que los rescatistas esperaban acceder antes de que se produjera el fatal desenlace.
Sin embargo, las tareas de búsqueda a las que se unieron integrantes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía Nacional se vieron obstaculizadas ayer por un nuevo deslave sucedido durante la madrugada en el socavón.
El nuevo deslizamiento dificultó la búsqueda porque volvió a rellenar parte del sector donde se venía escarbando para encontrar a los dos trabajadores.
No obstante de ello, el hallazgo durante el día de de dos lámparas y un par de botas alentó la esperanza de poder encontrarlos con vida y fue la confirmación de que los trabajos de rescate se estaban efectuando en el sitio correcto.
Sin embargo, conforme pasaban las horas aumentaba la desesperación, sobre todo de los familiares de los hasta entonces desaparecidos.
Alrededor de las 18:00 de ayer se conoció del hallazgo del cuerpo de uno de los mineros, al que en un principio no se identificó. Posteriormente continuó la búsqueda de su compañero, cuyo cadáver fue encontrado un par de horas más tarde.
El rescate de las víctimas se materializó alrededor de las 21:00 cuando fueron extraídas de la mina dentro de sacos para, posteriormente, ser llevadas a la morgue de Portovelo donde se les realizará la autopsia de rigor.
Elementos de la Fiscalía y de la Policía Judicial participaron en la tarea del levantamiento de los cuerpos.
Previamente al encuento de los cadáveres, cinco rescatistas debieron ser atendidos por presentar síntomas de asfixia.
Tras conocerse la noticia del fatal suceso, afuera de la mina se produjeron desgarradoras escenas de dolor entre los familiares y compañeros de los fallecidos.
El viceministro de Hidrocarburos, Carlos Pareja, achacó las muertes de Mendoza y Vera a la demora causada por el deslave de ayer y a la mala ubicación de puntales de madera colocados por la anterior concesionaria, la firma minera Sadco.
Asimismo, ratificó el anuncio hecho por el presidente de la República durante su visita al lugar al mediodía de ayer, de que se iniciarán inmediatamente controles a los sistemas de extracción y trabajo que aplican las empresas mineras en el Ecuador.
En tanto, Giorge Ramírez, el minero que anunció el descubrimiento del primer cuerpo, manifestó su sospecha de que las muertes se hubieran producido el mismo día de ayer por la frescura que mantenían los cuerpos y la ausencia de malos olores.
Justamente este último detalle es el que sostenía hasta la jornada de este miércoles la esperanza de los socorristas de encontrar con vida a los desaparecidos.
La muerte de Vera y Mendoza se suma a la del hermano del primero, Wálter Vera (31 años y jefe del grupo) y del peruano Paúl Aguirre (21 y ayudante), cuyo cadáver ya fue repatriado a su país.
Los cuerpos de los dos últimos mencionados se hallaron al día siguiente del derrumbe inicial.
La búsqueda se enfocó entonces en Vera, barrenador de 29 años y hermano de Walter, y en Mendoza, ayudante de 28 años y que llevaba menos de un mes trabajando en el socavón de Minesadco.
El siniestro se produjo tras el rescate la semana pasada de los 33 mineros que permanecían sepultados desde el 5 de agosto en el yacimiento chileno San José.