Cinco personas, entre soldadores, mecánicos y obreros llegaron con equipos y dos teléfonos para mantener el contacto entre la superficie y el quinto nivel de la mina Casa Negra, de la compañía Minesadco, donde están atrapados los mineros Pedro Mendoza y Ángel Vera.
“Esto nos permitirá mantener una rápida comunicación con los que están en la mina y atender sus necesidades como equipo, personal o médicos”, precisó Loor.
Oropor, otra empresa minera, aportó con 15 trabajadores para facilitar los relevos del personal dedicado a retirar las piedras y tablones que colapsaron la madrugada del pasado viernes y que dejó a otros dos mineros muertos.
Personal de origen peruano que ayer estaba libre también llegó en la mañana al sector para ofrecer sus servicios.
Igual que los rescatistas, los familiares de Pedro Mendoza Bazurto y Ángel Vera también se turnan para recibir noticias
Cuando Tomás Mendoza conoció que su hijo Pedro, de 27 años, era uno de los atrapados en el derrumbe, dejó las labores agrícolas en su natal Balzar y viajó a Portovelo. “Solo traje dinero y ropa para un día. Pensé que esto no demoraría”.
Una vez en el sitio las noticias fueron prologando su estadía. Para acompañarlo llegaron la madre, esposa y un hijastro. Minesadco los ubicó en el área de Bienestar Social del campamento y les entregó colchones para que descansen mientras esperan noticias.
Entre la noche del domingo y madrugada de ayer, Tomás y los suyos durmieron una hora cada uno, porque Carlos Pareja Yannuzzelli, ministro (e) de Recursos Naturales No Renovables, les dijo que posiblemente a las 22:00 tendrían una respuesta del rescate. Pero la noticia favorable no llegó.
Además de colchones, Minesadco ha repartido desde el viernes más de 250 raciones alimenticias a los familiares y amigos de los obreros.
Los Vera, la familia del otro obrero atrapado, comparten la espera con los vecinos de sus barrios en Zaruma y Portovelo.
Los nacionales no son los únicos preocupados. Al campamento también llegan mineros peruanos interesados en colaborar y averiguar si existen más compatriotas atrapados en el yacimiento. Los representantes de la empresa lo descartaron.
“Esto nos permitirá mantener una rápida comunicación con los que están en la mina y atender sus necesidades como equipo, personal o médicos”, precisó Loor.
Oropor, otra empresa minera, aportó con 15 trabajadores para facilitar los relevos del personal dedicado a retirar las piedras y tablones que colapsaron la madrugada del pasado viernes y que dejó a otros dos mineros muertos.
Personal de origen peruano que ayer estaba libre también llegó en la mañana al sector para ofrecer sus servicios.
Igual que los rescatistas, los familiares de Pedro Mendoza Bazurto y Ángel Vera también se turnan para recibir noticias
Cuando Tomás Mendoza conoció que su hijo Pedro, de 27 años, era uno de los atrapados en el derrumbe, dejó las labores agrícolas en su natal Balzar y viajó a Portovelo. “Solo traje dinero y ropa para un día. Pensé que esto no demoraría”.
Una vez en el sitio las noticias fueron prologando su estadía. Para acompañarlo llegaron la madre, esposa y un hijastro. Minesadco los ubicó en el área de Bienestar Social del campamento y les entregó colchones para que descansen mientras esperan noticias.
Entre la noche del domingo y madrugada de ayer, Tomás y los suyos durmieron una hora cada uno, porque Carlos Pareja Yannuzzelli, ministro (e) de Recursos Naturales No Renovables, les dijo que posiblemente a las 22:00 tendrían una respuesta del rescate. Pero la noticia favorable no llegó.
Además de colchones, Minesadco ha repartido desde el viernes más de 250 raciones alimenticias a los familiares y amigos de los obreros.
Los Vera, la familia del otro obrero atrapado, comparten la espera con los vecinos de sus barrios en Zaruma y Portovelo.
Los nacionales no son los únicos preocupados. Al campamento también llegan mineros peruanos interesados en colaborar y averiguar si existen más compatriotas atrapados en el yacimiento. Los representantes de la empresa lo descartaron.