La polémica ley antiinmigrantes SB1070, que entró parcialmente en vigencia el pasado jueves, después de que la jueza Susan Bolton anulara los artículos más controversiales, se ha convertido en la manzana de la discordia entre los demócratas y los republicanos.
Entre quienes defienden la ley se encuentra la republicana y gobernadora de Arizona, Jen Brewer, quien promulgó la SB1070. La funcionaria presentó una apelación ante un tribunal federal, al conocer que varios de los artículos fueron anulados.
El recurso presentado ante el IX Circuito de Apelaciones en San Francisco pide que se levante el bloqueo ordenado por la jueza federal Susan Bolton para que la medida, que criminaliza la inmigración ilegal, pueda aplicarse en su totalidad.
En su dictamen, el pasado miércoles, Bolton ordenó el bloqueo de tres provisiones clave, incluida la obligación de los agentes de Policía a comprobar el estatus migratorio de una persona a la que hayan detenido por otras razones.
También quedan en suspenso los artículos que obligan a los inmigrantes a llevar siempre la documentación que demuestre que viven legalmente en el país, además del enunciado que convierte en delito el que los inmigrantes indocumentados pidan empleo en lugares públicos.
A estas disposiciones, se añade el debate recién generado por la aprobación de la ley de Arizona y que trata de explicar la lucha entre los demócratas y republicanos por ganar más votos.
Una encuesta de la cadena de televisión CNN y Opinion Research Corporation refleja que el 57% de los hispanos opina que los demócratas prestan más atención a sus necesidades que los republicanos, de quienes confían solo un 30%.
De la misma manera, el 45% de los hispanos considera que el partido demócrata puede impulsar mejor los cambios que necesita el país, frente al 38% que cree que para esta labor es mejor el partido republicano.
Sin embargo, los hispanos confían más en los republicanos (49% frente al 35%) cuando se trata de puntuar la gestión efectiva del Gobierno.
Todo esto intenta presentar la rivalidad de ambos partidos, en los cuales se encuentra involucrado incluso el presidente de los EEUU, Barack Obama, quien en sus declaraciones se ha mostrado en contra de la ley de Arizona. Además ha propuesto una reforma migratoria integral que resuelva los problemas de los 11 millones de ilegales que viven en los EEUU.
Sin embargo, aunque la comunidad hispana se apegue al partido demócrata, la reforma que promueve el presidente de los EEUU necesita el apoyo de los republicanos, quienes no han mostrado niguna señal favorable hacia esta y, más bien, han defendido la ley antiimigrantes de Brewer. (EFE)
Entre quienes defienden la ley se encuentra la republicana y gobernadora de Arizona, Jen Brewer, quien promulgó la SB1070. La funcionaria presentó una apelación ante un tribunal federal, al conocer que varios de los artículos fueron anulados.
El recurso presentado ante el IX Circuito de Apelaciones en San Francisco pide que se levante el bloqueo ordenado por la jueza federal Susan Bolton para que la medida, que criminaliza la inmigración ilegal, pueda aplicarse en su totalidad.
En su dictamen, el pasado miércoles, Bolton ordenó el bloqueo de tres provisiones clave, incluida la obligación de los agentes de Policía a comprobar el estatus migratorio de una persona a la que hayan detenido por otras razones.
También quedan en suspenso los artículos que obligan a los inmigrantes a llevar siempre la documentación que demuestre que viven legalmente en el país, además del enunciado que convierte en delito el que los inmigrantes indocumentados pidan empleo en lugares públicos.
A estas disposiciones, se añade el debate recién generado por la aprobación de la ley de Arizona y que trata de explicar la lucha entre los demócratas y republicanos por ganar más votos.
Una encuesta de la cadena de televisión CNN y Opinion Research Corporation refleja que el 57% de los hispanos opina que los demócratas prestan más atención a sus necesidades que los republicanos, de quienes confían solo un 30%.
De la misma manera, el 45% de los hispanos considera que el partido demócrata puede impulsar mejor los cambios que necesita el país, frente al 38% que cree que para esta labor es mejor el partido republicano.
Sin embargo, los hispanos confían más en los republicanos (49% frente al 35%) cuando se trata de puntuar la gestión efectiva del Gobierno.
Todo esto intenta presentar la rivalidad de ambos partidos, en los cuales se encuentra involucrado incluso el presidente de los EEUU, Barack Obama, quien en sus declaraciones se ha mostrado en contra de la ley de Arizona. Además ha propuesto una reforma migratoria integral que resuelva los problemas de los 11 millones de ilegales que viven en los EEUU.
Sin embargo, aunque la comunidad hispana se apegue al partido demócrata, la reforma que promueve el presidente de los EEUU necesita el apoyo de los republicanos, quienes no han mostrado niguna señal favorable hacia esta y, más bien, han defendido la ley antiimigrantes de Brewer. (EFE)