Ambos se reunieron hoy en Guayaquil y dieron el primer paso: integrar una comisión con técnicos de las dos prefecturas para elaborar un informe.
Baroja explicó que el proyecto, de ser factible, se viabilizará a través de una empresa pública que integrará a las dos prefecturas. “Hemos creído necesario emprender un proyecto de integración nacional y consideramos fundamental trabajar juntos en una empresa pública”.
Jairala no adelantó ni tiempos ni cifras. Dijo que esto se conocerá una vez que se realicen los estudios técnicos que se iniciarán en dos semanas. “Sería irresponsable de nuestra parte disparar una cifra. El costo se lo tendrá claro cuando esté listo el trazado de la vía y que respete el rango de tiempo -dos horas y media- entre Guayaquil y Quito. Hoy estamos sellando el compromiso político de dos autoridades trabajando en este proyecto nacional”.
Ambos prefectos coincidieron en que de hacerse realidad este proyecto, que calificaron de ambicioso, no generará nuevos impuestos o tasas para la ciudadanía guayasense o pichinchana, para su financiamiento.
“Es un proyecto realizable, a tal punto que hemos tenido algunos mensajes de países amigos donde funciona la tecnología del tren ligero, que es común en países de Europa, Asia y en Estados Unidos. Esto facilitaría abrir las puertas a nuevos capitales, lo que significa multiplicar fuentes de trabajo y ayudar al desarrollo del país”, acotó Jairala.
Según Baroja, el estudio determinará si además se puede agregar al servicio del tren ligero el tema de la carga. Pero la prioridad será la movilidad de personas, que se beneficiarían de un viaje más rápido entre Guayaquil y Quito por tierra, en apenas dos horas y media. “El beneficio empresarial será grande, de ganarle tiempo al tiempo y los resultados económicos que significará eso”.