Tras el tiroteo, y haber fingido su muerte, el ecuatoriano Lala Pomavilla logró salir a las calles de San Fernando, y al llegar al primer control militar pidió asistencia médica y contó lo ocurrido: los secuestradores les pidieron dinero y también les ofrecieron un trabajo como sicarios dentro de su organización. Al no aceptarlo, empezó la matanza de 58 hombres y 14 mujeres. Lala Pomavilla atribuyó la masacre a Los Zetas, uno de los cárteles de narcotraficantes más peligrosos de México, según informó el portavoz de la Marina, el contraalmirante José Luis Vergara.
Según Alejandro Poire, del Consejo de Seguridad mexicano, los cuerpos tienen tres días de haber sido asesinados y son de inmigrantes del Brasil, del Ecuador, El Salvador, y Honduras, que habían entrado a México con el objetivo de cruzar por la frontera a los EEUU. Cuando los inmigrantes estaban cerca de cumplir su meta fueron secuestrados.
Tras el testimonio del ecuatoriano, los militares armaron un operativo con acciones aéreas para entrar al rancho ubicado cerca del municipio de San Fernando (de unos 30 000 habitantes y colindante con Matamoros), lo que derivó en un enfrentamiento entre los pistoleros y agentes, dejando como saldo un militar y tres delincuentes muertos.
La embajada del Ecuador en México prefirió no emitir ningún pronunciamiento hasta que el Gobierno de México no dé una versión certera de los hechos. Hoy, funcionarios ecuatorianos se trasladarán a San Fernando, para verificar la información, junto con delegados de Brasil, Honduras y El Salvador. En un principio, los cuerpos iban a ser llevados a Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas, pero se llevaron los equipos de refrigeración a San Fernando.
Mientras tanto, Freddy está hospitalizado y cuenta con vigilancia al ser testigo protegido de la Procuraduría de México (el equivalente a la Fiscalía en Ecuador).
Por su parte, el director Editorial del diario mexicano Excélsior, Pascal Beltrán del Río, quien mantuvo conversaciones directas con Diario HOY a través de un chat, afirmó que el Ministerio de Exteriores lo único que informó fue que los inmigrantes fueron extorsionados por narcotraficantes.
Luego, Beltrán del Río comentó en su cuenta de Twitter que Lala habría manifestado a las autoridades que los ecuatorianos muertos serían seis, habría cuatro brasileños fallecidos, y que el resto de los ejecutados eran hondureños y salvadoreños.
El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, aseguró que su homóloga mexicana, Patricia Espinosa (con la que mantuvo ayer una reunión en Quito) le dijo que México entregará al Ecuador la ayuda para identificar los cadáveres. "No sabemos cuántos ecuatorianos (muertos) sean", dijo Patiño.
"Este caso será un emblema de la capacidad para hacer frente a los abusos contra los indocumentados en México", dijo Alberto Herrera, director de Amnistía Internacional en México.
Un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de 2009 dice que solo en seis meses unos 10 000 inmigrantes fueron secuestrados en México por células de los Zetas o pandillas. Por su liberación deben pagar $2 500 cada uno, dejando una ganancia a los delincuentes de $25 millones. (AFP-EFE)