"El plan B es solicitar la mitad de los recursos si sacamos el petróleo que existe en la zona, en caso de que no podamos conseguir la contribución que hemos pedido de los países desarrollados o de los sectores privados en general", manifestó Ivonne Baki, principal representante de la iniciativa durante una entrevista otorgada a la cadena Telesur.
"Actualmente se puede realizar la explotación con conciencia ambiental, se la está haciendo en varios pozos petroleros en nuestra Amazonia, pero por más que se dé esa conciencia ambiental y por más tecnología que tengamos ahora, siempre el impacto va a darse y no solamente por la explotación petrolera en sí, sino por los caminos que se abren que causan la tala de los árboles", señaló.
A su vez, en varias ocasiones el ministro de Recursos No Renovables, Wilson Pástor, ha señalado que dentro del plan B se contempla la explotación de los yacimientos de Tambococha y Tiputini.
La explotación de estos dos campos forma parte de un estudio que Petróleos de Venezuela (Pdvsa), realizó en 2007 sobre las inversiones para extraer el crudo de los yacimientos del Yasuní.
Así, estaría contemplada la construcción de una planta de deshidratación de crudo en el campo Tiputini, ubicado en el área de amortiguamiento del Yasuní, que requeriría una inversión de aproximadamente $5 200 millones, siempre que se utilicen plataformas off shore, similares a las de extracción en alta mar.
Asimismo, se requerirían unos $3 140 millones, destinados a mantenimiento de equipos, servicio de pozos, gastos de personal, consumibles y administrativos.
Por otra parte del estudio, se desprende otro escenario para la explotación del campo ITT, que contempla extraer y transportar la producción a la zona de Edén-Yuturi, ubicada dentro del bloque 15, manejada por Petroamazonas, donde el petróleo sería deshidratado y el agua residual inyectada en los campos del bloque; así mismo se requieren plataformas off shore, con una inversión cercana a los $6 mil millones.
No obstante, este escenario significaría tener redes de tuberías que cruzarían de sur a norte al ITT por más de 50 kilómetros, y un sistema extra que bordearía el río Napo, hasta llegar a Edén Yuturi.