El Gobierno mexicano se halla obligado a investigar el repudiable crimen a 72 migrantes indocumentados, entre los cuales, según la Fiscalía del Ecuador, se cuentan seis ecuatorianos, y a castigar a los asesinos, que supuestamente son los integrantes de una banda vinculada al narcotráfico. Pero el crimen deja al descubierto, tanto en ese país como en las naciones de origen de las víctimas de la masacre, la existencia de mafias dedicadas al tráfico de personas. Estas redes criminales se fortalecen por los millonarios réditos que deja su actividad delictiva.
En el Ecuador, operan con escandalosa impunidad los "coyoteros" que, por montos que oscilan entre $10 mil y $15 mil, prometen trasladar a los Estados Unidos a quienes caen sus redes. En los viajes les sujetan a condiciones humillantes, abusos y exacciones, en busca de cruzar de forma ilegal la frontera. En muchos casos, son estafados y deben regresar porque los contingentes de migrantes fueron hallados en embarcaciones a la deriva y al borde del naufragio o se los capturó en el trayecto en países centroamericanos o en México. En otros, terminan, como en este caso, asesinados. A pesar de los anuncios de investigación, los "coyoteros" siguen operando a sus anchas y son conocidos los contactos para este repudiable tráfico de personas. A veces, el miedo y los compromisos asumidos por los migrantes o sus familias impiden que se denuncie a los "coyoteros" y, bajo este pretexto, se mantiene una escandalosa impunidad.
Urge revisar las políticas migratorias en el Ecuador, que con la política de supresión de visas se ha convertido en destino de inmigrantes, pero con la falta de fuentes de trabajo digno y estable permanece como país que expulsa a sus ciudadanos como emigrantes. Es necesario que se desmonten las redes de "coyoteros" y que se prevenga en las zonas donde es más intenso el fenómeno de los peligros y riesgos de la emigración ilegal.
En el Ecuador, operan con escandalosa impunidad los "coyoteros" que, por montos que oscilan entre $10 mil y $15 mil, prometen trasladar a los Estados Unidos a quienes caen sus redes. En los viajes les sujetan a condiciones humillantes, abusos y exacciones, en busca de cruzar de forma ilegal la frontera. En muchos casos, son estafados y deben regresar porque los contingentes de migrantes fueron hallados en embarcaciones a la deriva y al borde del naufragio o se los capturó en el trayecto en países centroamericanos o en México. En otros, terminan, como en este caso, asesinados. A pesar de los anuncios de investigación, los "coyoteros" siguen operando a sus anchas y son conocidos los contactos para este repudiable tráfico de personas. A veces, el miedo y los compromisos asumidos por los migrantes o sus familias impiden que se denuncie a los "coyoteros" y, bajo este pretexto, se mantiene una escandalosa impunidad.
Urge revisar las políticas migratorias en el Ecuador, que con la política de supresión de visas se ha convertido en destino de inmigrantes, pero con la falta de fuentes de trabajo digno y estable permanece como país que expulsa a sus ciudadanos como emigrantes. Es necesario que se desmonten las redes de "coyoteros" y que se prevenga en las zonas donde es más intenso el fenómeno de los peligros y riesgos de la emigración ilegal.