La tarde y noche del sábado, el transitar de personas en las afueras del estadio Alberto Spencer
no cesó hasta la medianoche, cuando terminó la prédica del pastor evangélico Daniel Ekenchukwu,
quien murió y luego resucitó tras un accidente de tránsito.
“Venimos aquí para alabar a Dios, a escuchar su palabra. Vivimos los últimos tiempos, hay mucha
maldad, crímenes y violencia. Hay que orar para que esto pare”, dijo Ana María Pacheco, quien
junto a su familia viajó desde Babahoyo para el encuentro espiritual.
La pastora Nineka llegó con un sencillo traje blanco, fue la primera en intervenir. Ella fue quien sacó
el cuerpo de su esposo muerto de la morgue y lo llevó al templo donde Daniel resucitó.
“Dios ama a Ecuador”
“Cuando entré aquí escuché la voz del Señor y me dijo: ‘estas personas me han tocado, me han
conmovido. Han venido en masa a alabar mi nombre, a darme reverencia, dejando sus hogares y
las cosas que tenían que hacer. Yo los cubriré con bendiciones, los voy a sanar de sus
enfermedades, y a levantarlos”, fue el mensaje de entrada que dio esta mujer a la muchedumbre.
“Dios ama a Ecuador, porque son gente maravillosa, buena y sencilla”, dijo la nigeriana.
“Quiero agradecer a todo el mundo en esta noche, pero quisiera que cada uno de ustedes se ponga
de pie y diga tres veces: ‘gracias Jesús”, fue el inicio del mensaje del pastor Ekenchukwu,
asombrado por la masiva concurrencia. El africano contó su historia con todos los detalles y los
creyentes lo escucharon atentamente. “El día en que yo moría vomitaba sangre, me di cuenta que
no podía salvarme a mí mismo y dije: Padre perdona mis pecados”.
Manifestó que toda persona que muere tiene tiempo a arrepentirse hasta el último segundo de vida.
Luego de esto, ya no hay nada que hacer. Recuerda que hizo la última oración de arrepentimiento,
pero se olvidó de perdonar a su mujer. “Perdona y pide perdón”, dijo.
Explicó que todos tenemos una cita con la muerte, una cita muy peligrosa y decisiva, porque es el
momento en que uno descubre lo que hay después de ella y de las cosas ocultas que hay en la otra
vida.
“A mí no me gusta esa cita de muerte, porque todas las citas tienen deudas, tiempo y valor.
Cuando la cita se pasa, entonces hay una nueva fecha, un tiempo y por ende un nuevo valor. Yo
sé que voy a morir, pero no sé cuándo ni cómo, solo sé que si me aparto de Dios, me voy al
infierno. “Todo hombre y toda mujer debe ser muy cuidadoso con esa cita de muerte”, finalizó el
carismático pastor.
Recorrerá el país
El pastor africano hará un recorrido por todo el país para contar su historia. Hoy y mañana estará
en Salinas, el 14 en la ciudad de Esmeraldas; mientras que el 16 y 17 de este mes visitará Quito.
Mensaje a los enfermos
Para finalizar su prédica puso como ejemplo la vida de Lázaro escrita en la Biblia. “Cuando el
pordiosero murió, los ángeles de Dios lo llevaron al Seno de Abraham y no fue al infierno”.
El pastor agregó que Lázaro tenía tres problemas: ser pobre, tener lepra y ser un mendigo, pero
aún así tuvo fe y no abandonó a Dios.
“No permitas que nadie te desanime. Él no se desanimó espiritualmente”.
Luego de su larga intervención, el nigeriano, que vestía un traje café, solicitó un baño y salió por una
puerta trasera. No hubo desmanes, ni desorden. Miembros de la Policía ayudaron con la
seguridad.