Naciones Unidas. La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice, en la sede del organismo en Nueva York, durante el voto sobre la imposición del castigo al régimen iraní.
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó ayer una nueva y más dura cuarta ronda de sanciones contra Irán por su negativa a detener el enriquecimiento de uranio y abrir por completo su programa nuclear al escrutinio internacional.
La resolución auspiciada por el Gobierno de Washington contó con el apoyo de 12 de los 15 miembros del máximo órgano, incluidos los 5 permanentes (además de EE.UU., China, Rusia, Francia y Reino Unido). Brasil y Turquía votaron en contra y Líbano se abstuvo.
Brasilia y Ankara estiman que se debe dar más tiempo a la diplomacia. La embajadora brasileña ante la ONU, María Luiza Ribeiro, explicó que su país considera contraproducente aumentar la presión al régimen iraní después del acuerdo alcanzado en mayo por Brasil y Turquía con Irán para intercambiar combustible nuclear.
El embajador de Irán ante la ONU, Mohammad Khazaee, aseguró que su país “tiene la determinación de continuar el desarrollo de la energía nuclear para fines pacíficos”. Occidente sospecha que Teherán busca fabricar la bomba atómica.
La resolución establece nuevas restricciones a las operaciones de los bancos iraníes en el exterior si se sospecha que tienen vínculos con los programas nucleares o balísticos de Teherán, e incrementa el escrutinio de las transacciones en el exterior de todas las entidades financieras del país. Asimismo, endurece el embargo de armas a Irán y sanciona a tres entidades controladas por la naviera estatal iraní, así como otras 15 controladas por la Guardia Revolucionaria. También refuerza el régimen de inspecciones a buques y aviones iraníes. A 40 entidades y empresas iraníes se les congelarán sus activos y el responsable de la central nuclear de Isfahan, Javad Rahiqi, no podrá viajar al exterior.
