Con la aprobación de la nueva Ley de Educación los docentes que trabajan como particulares en los colegios militares del país, que desde el próximo año serán fiscales, y que a su vez laboran en otros planteles del magisterio, caerán automáticamente en la figura de pluriempleo. Y deberán optar de inmediato por quedarse en un solo establecimiento educativo.
Los docentes de estos centros escolares están preocupados porque en el acuerdo interministerial que se aprobó para el traspaso a fiscales de los colegios no se dice cómo serían liquidados. Solo se menciona que el Estado asumirá sus salarios.
Esto mantiene angustiados a los más de 133 maestros a nivel nacional de las ramas naval y aérea bajo esta figura, porque aseguran que ni autoridades de los planteles ni del Ministerio de Educación les han dicho cómo les van a reconocer sus años de servicio, ya que cuando fueron contratados por las instituciones militares lo hicieron como docentes particulares.
“Al momento de contratarnos (las autoridades) sabían que éramos fiscales. Eso nunca fue nada oculto, porque en nuestras hojas de vida y papeles rutinarios así constaba. Ahí los colegios figuraban como particulares y así mismo está en nuestros papeles del Seguro, del SRI, en la Dirección de Educación, en todo”, explica Víctor Varas, docente del colegio Liceo Naval, quien lleva en la institución catorce años.
Él junto con otros 57 colegas de planteles navales –que también trabajan en colegios públicos– quiere que con el cambio a fiscales las instituciones que los contrataron los liquiden como estipula el Código de Trabajo, no el Estado, puesto que al asumir estos valores el Gobierno perderían su jubilación en los estatales, porque la Ley impide jubilar dos veces a alguien en cargo público, cuentan los maestros.
“Necesitamos que se pronuncien, que nos digan qué va a pasar con nuestros años de servicio porque nadie sabe nada. No nos aferramos a ningún cargo, pero queremos que se respete el contrato de trabajo indefinido que firmamos nosotros”, menciona Juan Ochoa, que lleva 33 años laborando en el Liceo Naval.
Pero no solo la incertidumbre del qué va a pasar con ellos les preocupa. También están las deudas, como los préstamos hipotecarios, y el presupuesto del hogar que se les reduciría a más de la mitad de lo que cuentan actualmente.