En el Ecuador, según datos del INEC en 2008, las enfermedades respiratorias fueron la primera causa de morbilidad infantil.
Dados estos antecedentes, la directora del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) del Ministerio de Salud, Nancy Vásconez, informó que esta unidad introducirá en el mes de julio 250 mil dosis de vacunas contra el neumococo, a un costo aproximado de $1,5 millones, en una campaña de vacunación gratuita dirigida a niños menores de dos años, en todas las unidades de salud pública del país.
Sin embargo, la vacunación para grupos de la población infantil considerados "sectores estratégicos" ya ha comenzado en algunas instituciones. Es el caso de la fundación Reina de Quito, en donde 30 niños con síndrome de Down recibieron la primera dosis del esquema de vacunación.
Según Laura Nelson, médica de la fundación, la prioridad se debe a que al ser niños que nacen con complicaciones son más vulnerables al contagio de este tipo de enfermedades.
Para la directora del Posgrado de Pediatría de la Universidad Central, Rosa Romero, la vacuna debe ser administrada antes de los dos años, pues es en este rango de edad en donde las infecciones son más graves y frecuentes. La vacuna es introducida en tres dosis cada dos meses respectivamente, y luego se aplica una dosis de refuerzo a los 15 meses. El contagio de neumococo puede agravarse en niños con bajo peso, problemas de desnutrición, enfermedades inmunodepresivas, alergias, asma, a quienes reciban tratamiento con corticoides o padecen enfermedades oncológicas, así como también quienes están expuestos a aglomeraciones.
Problemas respiratorios que inician con tos persistente o síntomas como catarro frecuente, fiebre, respiración agitada, mal estado general y problemas de apetito son los signos de alarma ante los que se debe solicitar asistencia médica inmediata. Si una infección neumocócica no es tratada a tiempo, puede desatar graves complicaciones.
Varias acciones que se pueden tomar para prevenir el contagio de neumococo en los niños son mejorar la condiciones de higiene dentro del hogar, evitar el humo del tabaco, una alimentación adecuada y controles periódicos con el pediatra.