A tres meses de que termine el contrato temporal firmado en agosto del año pasado por la petrolera china Andes Petroleum, el escenario todavía es incierto para esta y el resto de petroleras privadas que operan en el país.
El Fisco recibía un 28% del crudo extraído por las privadas, pese a que entre abril de 2006 y enero de 2006 el precio del crudo pasó de USD 26 a 45 por barril.
Esto motivó la aprobación, en abril de 2006, de una norma que obligó a las privadas a entregar al Fisco el 50% de su renta generada por el alto precio del petróleo.
En octubre de 2007 el impuesto subió del 50 al 99%. Solo el 1% quedó a favor de las compañías. Esta norma marcó el inicio de un proceso largo y tortuoso de negociaciones entre el Estado y las petroleras que aún no termina.
Según el analista económico Walter Spurrier, esta norma desmotivó la inversión privada. También impactó en su producción, que cayó un 6% durante 2008 frente a 2007.
Esto no ha cambiado en lo que va del presente año, pese a los acuerdos temporales firmados por Andes, Petrobras y Repsol. Con Perenco aún no hay acuerdo.
En los tres primeros meses de este año la producción privada cayó un 14% frente al mismo período del 2008, al pasar de 22,7 a 19,6 millones de barriles.
La caída puede profundizarse porque las inversiones para este año aún son inciertas, debido a que sus contratos serán renegociados otra vez, añadió Spurrier.
Hoy las petroleras tienen un contrato de participación, es decir, entregan al Fisco una parte del crudo y el resto cubre costos y el margen de rentabilidad.
El Gobierno, en cambio, busca firmar un contrato de servicios, donde recibe todo el crudo a cambio de pagar en efectivo sus costos. Este contrato despierta temor entre las petroleras, pues en un escenario de precios bajos el Fisco no podría pagar sus costos, dijo una fuente del Gobierno.
El Fisco recibía un 28% del crudo extraído por las privadas, pese a que entre abril de 2006 y enero de 2006 el precio del crudo pasó de USD 26 a 45 por barril.
Esto motivó la aprobación, en abril de 2006, de una norma que obligó a las privadas a entregar al Fisco el 50% de su renta generada por el alto precio del petróleo.
En octubre de 2007 el impuesto subió del 50 al 99%. Solo el 1% quedó a favor de las compañías. Esta norma marcó el inicio de un proceso largo y tortuoso de negociaciones entre el Estado y las petroleras que aún no termina.
Según el analista económico Walter Spurrier, esta norma desmotivó la inversión privada. También impactó en su producción, que cayó un 6% durante 2008 frente a 2007.
Esto no ha cambiado en lo que va del presente año, pese a los acuerdos temporales firmados por Andes, Petrobras y Repsol. Con Perenco aún no hay acuerdo.
En los tres primeros meses de este año la producción privada cayó un 14% frente al mismo período del 2008, al pasar de 22,7 a 19,6 millones de barriles.
La caída puede profundizarse porque las inversiones para este año aún son inciertas, debido a que sus contratos serán renegociados otra vez, añadió Spurrier.
Hoy las petroleras tienen un contrato de participación, es decir, entregan al Fisco una parte del crudo y el resto cubre costos y el margen de rentabilidad.
El Gobierno, en cambio, busca firmar un contrato de servicios, donde recibe todo el crudo a cambio de pagar en efectivo sus costos. Este contrato despierta temor entre las petroleras, pues en un escenario de precios bajos el Fisco no podría pagar sus costos, dijo una fuente del Gobierno.