domingo, 31 de mayo de 2009

El Yasuní-ITT llega a la Casa Blanca


Mucho antes de que el presidente del Ecuador, Rafael Correa, apruebe la Iniciativa Yasuní-ITT, la maquinaria de promoción de mantener esta área de la Amazonia intocable, a cambio de crear un fondo con la venta de certificados de carbono, ya venía corriendo. Después de todo fue el mismo Primer Mandatario quien ideó la propuesta.

El destino de la plata

Los ingresos por la venta de los CGY se depositarán en un fideicomiso internacional, bajo líneas definidas.
Los intereses generados por esos fondos será invertidos bajos los lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo.
La conservación de 40 áreas protegidas, que suman 4,8 millones de hectáreas, será una de las prioridades. Se apuntará a la conservación efectiva y a evitar la deforestación.
También se incentivará la producción de energía renovable para aprovechar el potencial hidroeléctrico, eólico, geotérmico y solar del país.
Igual se apostará por la eficiencia energética, sobre todo a través del uso de autos híbridos y de electrodomésticos eficientes.
El desarrollo social en las zonas de influencia de los parques nacionales también tendrá importancia. En el caso del Parque Yasuní, son las comunidades huaorani, aparte de los pueblos en aislamiento voluntario: tagaeri y taromenane.
En las comunidades se impulsarán programas de educación, capacitación, asistencia...
Yolanda Kakabadse, miembro del Consejo Administrativo y Directivo de Yasuní-ITT, está en Estados Unidos explicando esa idea. El viernes, a las 16:30, se reunió con Joe Aldy, asistente especial para los temas de energía y cambio climático del presidente Barack Obama. A él le expuso la propuesta y le pidió una nueva cita para llevar los detalles más concretos y mecanismos que demuestren que la iniciativa Yasuní-ITT es viable, creíble y posible.

“Queremos ayudar al objetivo del presidente Obama de cambiar la dirección del cambio climático y queremos decirle aquí está nuestro aporte”, comentó Kakabadse en un conversatorio, organizado por American-Ecuadorian Association, en Nueva York.

El siguiente paso es ir a Alemania, donde las conversaciones, al igual que con Italia y Gran Bretaña, ya están avanzadas.

Una innovación en la propuesta es la creación de un mecanismo que permita a simples ciudadanos comprar los Certificados de Garantía Yasuní (CGY, una especie de bonos de carbono), algo que antes en apariencia iba solo dirigido a industrias, instituciones y gobiernos.

Kakabadse aclaró que hasta ahora no hay nadie que haya comprometido recursos económicos en concreto. Pero es porque Ecuador no tenía la propuesta completa. “Ahora que ya la tenemos vamos a pasar de una idea soñadora a la realidad”.

La funcionaria se mostró optimista frente al trabajo de acercamiento al Gobierno del presidente Obama. “La siguiente ocasión que nos volvamos a reunir ya tendremos respuestas de Alemania y de Gran Bretaña”.

La cita con el equipo que trabaja en los temas de asunto climático llega precedida de una favorable cobertura del diario Washington Post, la publicación más influyente de la capital
estadounidense.

“Desde mi perspectiva esto tiene que hacerse realidad. Esta área es de suprema importancia para la conservación universal”, le dijo al Post Matt Finer, biólogo y representante de la Organización Save America’s Forests.

Para el embajador del Ecuador en Washington, Luis Gallegos, “esta es una iniciativa que está galvanizando la atención de sectores importantes, especialmente de la conservación y que están muy preocupados por el cambio climático. La idea tiene un atractivo especial y va a ser uno de los elementos fundamentales de debate a escala mundial”.

Los biólogos las están viendo como una idea muy innovadora. Así, por ejemplo, según le indicó al Post Joe Keenan, director de Nature Conservancy para Latinoamérica, “mi impresión es que esto realmente es innovador, audaz y de avanzada para este tiempo”.

Ecuador quiere ahuyentar cualquier sospecha de desconfianza e incumplimiento. Kakabadse aseguró a este Diario que la gestión del fondo para el manejo de Yasuní se hará a escala internacional e intergubernamental. Será a través de un fideicomiso, cuyo directorio estará presidido por Ecuador. “Estamos pensando en la Corporación Andina de Fomento (CAF) o en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para que nos ayuden a manejar esos recursos”, agregó.

En busca del apoyo europeo

El reto es convencer a los europeos de que se trata de un plan innovador. Con ese fin, una comisión ecuatoriana visitará Alemania y otros países.

La comitiva estará encabezada por el canciller Fander Falconí. Además la integrarán Roque Sevilla, presidente del Consejo; Yolanda Kakabadse y Francisco Carrión, también miembros. Esta gira se realizará entre el 15 y el 18 de junio. Para este último día está previsto que sean recibidos en comisión conjunta por el Parlamento del Gobierno de Alemania.

Allí se presentará la propuesta definitiva, tras los estudios realizados por peritos alemanes y ecuatorianos sobre el Yasuní, que justifican técnica y ambientalmente el proyecto.

La comisión también expondrá la iniciativa ante los ministerios alemanes de Cooperación y Desarrollo Económico, de Relaciones Exteriores y de Ambiente. Igual lo hará ante representantes de las empresas privadas y de organizaciones de la sociedad civil.

Para dichos estudios, Alemania aportó con 300 000 euros, además motivó a los países de la Unión Europea a que apoyen a la iniciativa ecuatoriana.

A su vez, Fander Falconí insistió en que “la Iniciativa es una prioridad en la política exterior ecuatoriana y forma parte de la política ambiental del actual Gobierno”.

El compromiso es dejar a perpetuidad bajo tierra 850 millones de barriles de crudo, que actualmente constituyen alrededor del 20% de las reservas petroleras del país.
Con eso, Ecuador ayudaría al planeta a evitar que se emitan hacia la atmósfera 407 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2).

Pero, a cambio, el país espera un ingreso de al menos USD 350 millones anuales. Claro que no será como una simple donación, sino producto de la venta de los Certificados de Garantía Yasuní. De allí que la idea es que este mecanismo sea acogido por los países europeos. Redacción Sociedad.(El Comercio)