Según la cadena qatarí de televisión Al Jazeera, al menos dos personas murieron anoche en la plaza Verde de la capital tras la intervención del hijo de Ghadafi, Seif el Islam, en la televisión estatal en la que dijo que “no permitirán el caos”.
Según la última cifra facilitada por la organización Human Rights Watch (HRW), al menos 233 personas han muerto a consecuencia de la represión de las manifestaciones de protesta en varias ciudades de Libia, con datos de fuentes hospitalarias.
Disparos de ametralladoras
Las fuerzas libias dispararon ayer sus ametralladoras en contra de miles de dolientes que marchaban en un funeral en memoria de manifestantes antigubernamentales en la ciudad de Bengasi, al este del país, un día después de que fuerzas leales al líder Muammar Ghadafi atacaran con fusiles de asalto y otras armas a participantes en protestas.
Un ciudadano de Bengasi aseguró que las fuerzas de seguridad dispararon desde un recinto gubernamental con morteros y ametralladoras de alto calibre. Según él, los soldados abrieron fuego indiscriminadamente contra los ciudadanos y añadió que “muchos cayeron”.
Unas 30 personas murieron ayer, dijo un médico de un hospital de Bengasi que recibe a muchos de los heridos.
La ofensiva en Libia, un país rico en petróleo, es la represión más brutal a manifestantes antigubernamentales que fue inspirada por las revueltas en Túnez y Egipto y que se multiplicaron rápidamente por la región, desde Bahréin en el Golfo, Yemen en la Península Arábica, Túnez, Libia, Argelia y Marruecos en el norte de África.
Muchos cayeron
Según otros testigos, se vivieron momentos de pánico cuando los militares comenzaron a disparar desde los tejados contra la multitud que acompañaba el cortejo fúnebre. Entre los muertos se cree que hay niños. La agresión del sábado fue lanzada después de seis días de protestas en Bengasi, el punto focal del levantamiento iniciado para terminar con el gobierno de Ghadafi que lleva más de 42 años en el poder.
Aunque oficialmente no ostenta cargo público o título, a Ghadafi se le denomina Hermano Guía de la Gran Revolución del 1 de septiembre de 1969, que derrocó de manera incruenta al rey Idris y condujo a la proclamación de la Yamahiriya, o Estado de las Masas.
Estados Unidos, la Unión Europea y la Liga Árabe pidieron ayer al régimen libio que ponga fin a la violenta represión.