El canciller Ricardo Patiño (i) pidió ayer a los embajadores y agregados comerciales trabajar con intensidad y “con la antena prendida” para consolidar los intereses del Gobierno.
Desde diciembre próximo los embajadores y agregados comerciales de Ecuador en el exterior serán evaluados mensualmente por las autoridades de la Cancillería. Esto como parte de la implementación del sistema de Gobierno por resultados en el servicio exterior ecuatoriano.
Lo anunció ayer el ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, a 46 embajadores y 26 agregados comerciales que fueron convocados al taller de evaluación de gestión e implementación de los nuevos ejes de la política exterior.
“Vamos a trabajar sobre metas definidas antes de que el año comience (2012); a tener una revisión, a través de video conferencias u otros mecanismos, mensualmente para ver cómo avanza el cumplimento de nuestro plan y metas del Gobierno”.
Patiño aprovechó para exigir a los diplomáticos que trabajen con intensidad todos los días y pidió “estar con la antena prendida” para consolidar los intereses del Gobierno, de la llamada Revolución Ciudadana, y no de poderes hegemónicos y particulares.
“Esta necesaria aclaración la hacemos porque hemos podido encontrar en el ejercicio de la Cancillería funcionarios que estaban más preocupados en atender determinados intereses, antes que de la globalidad de la sociedad ecuatoriana”, dijo el funcionario.
El canciller añadió que “ya deben haber pasado los tiempos en que las misiones diplomáticas eran espacios para trabajar unas pocas horas en la mañana y en la tarde dedicarse a actividades sociales”.
El embajador de Ecuador en Alemania y exsecretario nacional del Agua, Jorge Jurado, cuota política del Gobierno en la Cancillería, calificó de positiva la estrategia del régimen.
“Lo que en 40 años de diplomacia ecuatoriana jamás se hizo lo está haciendo nuestro Gobierno. Por primera vez tenemos lineamientos respecto de la política exterior”, comentó tras señalar que está dispuesto a ser evaluado.
Patiño también hizo un llamado a los funcionarios de la Cancillería para que la política exterior no sea reactiva, sino proactiva y propositiva.
Desde diciembre próximo los embajadores y agregados comerciales de Ecuador en el exterior serán evaluados mensualmente por las autoridades de la Cancillería. Esto como parte de la implementación del sistema de Gobierno por resultados en el servicio exterior ecuatoriano.
Lo anunció ayer el ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, a 46 embajadores y 26 agregados comerciales que fueron convocados al taller de evaluación de gestión e implementación de los nuevos ejes de la política exterior.
“Vamos a trabajar sobre metas definidas antes de que el año comience (2012); a tener una revisión, a través de video conferencias u otros mecanismos, mensualmente para ver cómo avanza el cumplimento de nuestro plan y metas del Gobierno”.
Patiño aprovechó para exigir a los diplomáticos que trabajen con intensidad todos los días y pidió “estar con la antena prendida” para consolidar los intereses del Gobierno, de la llamada Revolución Ciudadana, y no de poderes hegemónicos y particulares.
“Esta necesaria aclaración la hacemos porque hemos podido encontrar en el ejercicio de la Cancillería funcionarios que estaban más preocupados en atender determinados intereses, antes que de la globalidad de la sociedad ecuatoriana”, dijo el funcionario.
El canciller añadió que “ya deben haber pasado los tiempos en que las misiones diplomáticas eran espacios para trabajar unas pocas horas en la mañana y en la tarde dedicarse a actividades sociales”.
El embajador de Ecuador en Alemania y exsecretario nacional del Agua, Jorge Jurado, cuota política del Gobierno en la Cancillería, calificó de positiva la estrategia del régimen.
“Lo que en 40 años de diplomacia ecuatoriana jamás se hizo lo está haciendo nuestro Gobierno. Por primera vez tenemos lineamientos respecto de la política exterior”, comentó tras señalar que está dispuesto a ser evaluado.
Patiño también hizo un llamado a los funcionarios de la Cancillería para que la política exterior no sea reactiva, sino proactiva y propositiva.
