jueves, 19 de marzo de 2009

Inmigrantes ecuatorianos atraviesan severas crisis en España

El embajador de Ecuador en España, Nicolás Issa Obando, informó hoy que el 21,36 por ciento de los ecuatorianos que viven en España, está sin empleo, lo que impide que puedan cumplir obligaciones pendientes con empresas inmobiliarias y concesionarias de vehículos. “hay un problema muy severo de vivienda, los ecuatorianos no pueden pagar esas deudas contraídas, sin embargo el Gobierno español para poder refinanciar esos pagos”, dijo el diplomático.

Pese a la crisis no hay la predisposición de los inmigrantes de retornar al país, debido a que el proceso migratorio ecuatoriano en España tiene un desarrollo de 10 años y que ha dejado raíces muy fuertes, por lo tonto la decisión de retornar no es fácil de tomar de un día para otro, “yo creo que a mediado de este año se posiblemente se vea este deseo de retorno con mayor claridad y precisión”, debo aclarar que el ecuatoriano defiende su permanencia en España apenas 3 mil han respondido al planteamiento del gobierno español de ofrecer el gado del “paro”, es decir, el seguro de desempleo por adelantado en dos cuotas, 40 y 60 por ciento a cambio de que regresen al ecuador obviamente perdiendo su derecho de residencia, pudiendo regresar solamente luego de tres años para empezar de cero en el proceso de adquisición de la residencia nueva.

Esa es una demostración de que pese a la crisis hay un deseo muy firme de los ecuatorianos de permanecer en ese país y seguir trabajando y ayudando tanto al sostenimiento de la dolarización en el ecuador y al desarrollo económico de España.

La avanzada migratoria del 99 de los ecuatorianos estaba orientada al trabajo en la construcción, agricultura y servicio doméstico. Hoy en día hay muchos compatriotas que han logrado trascender, están ubicados en puestos claves, en diferentes áreas de la economía española, en empresas privadas, en la banca, donde compiten de igual a igual con profesionales de ese país.

Issa, dijo que en junio retornará al país, para dedicarse a sus labores privadas, aunque no descarta ocupar un cargo público en el gobierno.