El estrellamiento, el martes, de uno de los siete helicópteros Dhruv comprados hace un año a la empresa india Hindustan Aeronautics Limited (HAL) en $45 millones, obligó a Rodrigo Bohórquez, comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), a admitir que algunas piezas de esas naves aún no han sido instaladas en cinco de esas naves que llegaron al país en abril, pese a lo cual estaban en operación.
Ayer, Bohórquez también reconoció, en rueda de prensa, que mientras en el contrato de compra se especificó que el año de fabricación de las naves era 2008, algunos componentes como palas de rotor principal y motores, fueron fabricados en 2005 y 2007. Sin embargo, descartó que esa haya sido una de las causas del accidente, pues dijo que la vida útil de estas partes inicia desde que empiezan a operar.
Pese a lo afirmado, dijo que se hará una revisión del contrato de compra y se exigirá el cumplimiento de todas las condiciones establecidas en el mismo.
¿Por qué no lo hicieron antes? Bohórquez respondió que en esa época "no se había especificado nada sobre posibles fallas" y aseguró que los helicópteros pasaron todas las pruebas técnicas, antes de ponerlos a funcionar.
Sin embargo, precisó que, en el caso de establecer que el accidente fue por una falla mecánica, "HAL deberá entregarle al país nuevas aeronaves", tal como se estipula en el contrato.
El ex comandante de la FAE, Jorge Gavela, dijo que la adquisición de los Dhruv no era conveniente para el país, por el alto costo del mantenimiento y por fallas mecánicas.
De acuerdo con información internacional, esos helicópteros registraron accidentes desde el año 2004 en la India, en Nepal y el último en Quito.
En cuanto Bohórquez concluyó su intervención, dio paso a Juan Cortez, representante de HAL en Ecuador, quien aseguró que los helicópteros y sus partes son de buena calidad e informó que mañana llegarán a Quito tres técnicos de la empresa, para colaborar con la Junta Investigadora de Accidentes (JIA), que se conformó para esclarecer las causas del siniestro.
Armando Durán, técnico de la Dirección de Aviación Civil y miembro de la JIA, dijo que la investigación podría demorar de uno a dos meses, gracias a que los helicópteros tienen una grabadora de voz y otra de datos, además de que tienen la versión del piloto y copiloto, que sobrevivieron al accidente.
Ayer, Bohórquez también reconoció, en rueda de prensa, que mientras en el contrato de compra se especificó que el año de fabricación de las naves era 2008, algunos componentes como palas de rotor principal y motores, fueron fabricados en 2005 y 2007. Sin embargo, descartó que esa haya sido una de las causas del accidente, pues dijo que la vida útil de estas partes inicia desde que empiezan a operar.
Pese a lo afirmado, dijo que se hará una revisión del contrato de compra y se exigirá el cumplimiento de todas las condiciones establecidas en el mismo.
¿Por qué no lo hicieron antes? Bohórquez respondió que en esa época "no se había especificado nada sobre posibles fallas" y aseguró que los helicópteros pasaron todas las pruebas técnicas, antes de ponerlos a funcionar.
Sin embargo, precisó que, en el caso de establecer que el accidente fue por una falla mecánica, "HAL deberá entregarle al país nuevas aeronaves", tal como se estipula en el contrato.
El ex comandante de la FAE, Jorge Gavela, dijo que la adquisición de los Dhruv no era conveniente para el país, por el alto costo del mantenimiento y por fallas mecánicas.
De acuerdo con información internacional, esos helicópteros registraron accidentes desde el año 2004 en la India, en Nepal y el último en Quito.
En cuanto Bohórquez concluyó su intervención, dio paso a Juan Cortez, representante de HAL en Ecuador, quien aseguró que los helicópteros y sus partes son de buena calidad e informó que mañana llegarán a Quito tres técnicos de la empresa, para colaborar con la Junta Investigadora de Accidentes (JIA), que se conformó para esclarecer las causas del siniestro.
Armando Durán, técnico de la Dirección de Aviación Civil y miembro de la JIA, dijo que la investigación podría demorar de uno a dos meses, gracias a que los helicópteros tienen una grabadora de voz y otra de datos, además de que tienen la versión del piloto y copiloto, que sobrevivieron al accidente.