El derrumbe del dólar afecta a otros países
En cierto sentido, un dólar débil es buena noticia para el mundo. Detrás del actual resurgimiento mundial de la economía hay un retorno del apetito por las inversiones de riesgo, como acciones ordinarias y bonos corporativos. En los momentos de mayor pánico los inversores huyeron de todo menos de los activos más seguros y de mejor liquidez: los bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Esta demanda de activos seguros aceleró la recuperación en el dólar en los meses que siguieron después del colapso de Lehman Brothers, el pasado septiembre.
Ahora esos mercados y economías se han recuperado y la debilidad del dólar ha vuelto, causando dolores de cabeza a los países con tasas de cambio flotantes. Esto ha hecho sugerir tres respuestas: medidas directas para detener el alza de las monedas; mantenerla a un nivel bajo, o aceptar un dólar débil como un hecho de vida.
Brasil se ha ido por el acercamiento directo. Capitales extranjeros han inundado al país, atraídos por los prospectos saludables para el crecimiento de la economía y altas tasas de interés a corto plazo. Esto ha empujado los precios de las acciones locales así como al real. Para detener la marea, el gobierno reintrodujo la semana pasada un impuesto sobre la compra de acciones y bonos.
Otros han resuelto mantener su moneda a un nivel bajo. El Banco Central de Canadá informó que la fortaleza del dólar canadiense compensa las buenas noticias sobre la economía en los tres últimos meses.
La fuerza de la moneda va a pesar sobre las exportaciones, lo que significa que la inflación volverá a su meta del 2% un poco más tarde de lo previsto.
El dólar canadiense cayó un 2% frente al dólar americano en los mercados de cambio exterior, luego de las declaraciones del banco.
Los esfuerzos de Europa para contener la debilidad del dólar ha tenido un impacto menor. La semana pasada el dólar cayó a $1,50 por euro, justo cuando Henri Guaino, consejero del presidente francés Nicolas Sarkozy, describió tales tasas como un “desastre” para la economía de Europa.
Sarkozy siempre se ha quejado sobre el daño que sufren las exportaciones con euro tan fuerte.
En cambio otros países de la zona euro están menos alarmados. “Un euro fuerte refleja la fuerza de la economía europea”, comentó Walter Bos, el ministro de finanzas alemán. Alemania, el país con las más altas exportaciones de Europa, cree que sus empresas pueden mantenerse con esa tasa de cambio, por la demanda que tienen de Asia y el Medio Oriente, ya que sus bienes de capital no son afectados por los precios.
Algunos piensan que parte de la solución está en el Banco Central europeo: si baja su tasa de interés podrá debilitar al euro frente al dólar. Sin embargo, la política monetaria con el euro no ha sido tan diferente de la de los Estados Unidos.