Expertos franceses, estadounidenses y de otras naciones —incluso un robot— ya llegaron a Japón o están en camino.
Los trabajadores luchan para encontrar la fuente de agua contaminada que ha estado saliendo de la planta de Fukushima. Nuevos análisis mostraron que los niveles de radiación siguen aumentando en el océano, en el exterior de la planta.
La Agencia Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas detectó altos niveles de radiación en el pueblo de Iitate, a 40 km de la planta. Sin embargo, el Gobierno japonés descartó ayer ampliar por ahora la zona de evacuación, actualmente a 20 km, en torno a la central, que será desmantelada cuando el peligro de gran catástrofe sea descartado, dijo el primer ministro, Naoto Kan.
Ilustrando la gravedad del problema, trazos de yoduro 131 radiactivo fueron encontrados en depósitos subterráneos de agua cerca del reactor 1, indicó el operador de la planta nuclear, Tepco.
“Materiales radiactivos en el aire pueden haber bajado a la superficie y haberse metido en la tierra debido a la lluvia”, sostuvo un portavoz de la compañía. En un túnel subterráneo, cerca de otro reactor de la planta, fue detectada radiación más de 10.000 veces por encima de los niveles normales en el agua de los reactores.