lunes, 27 de junio de 2011

Pedido de WAN-IFRA no tiene argumentos de hecho ni de derecho

Quito. El Secretario Nacional de Comunicación, Fernando Alvarado, respondió al pedido que realizó la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias. En la misiva enviada al Presidente Rafael Correa, el presidente del organismo, Gavin O’ Reilly, pidió se retiren los cargos en contra de El Universo, tres de sus directivos y el periodista Emilio Palacio.

Al respecto, la SECOM aclaró al organismo que el Primer Mandatario entabló acciones penales por el delito de injuria grave a la autoridad. “Para que esa demanda quede anulada, solo basta que los periodistas y directivos reconozcan que faltaron a la verdad en el artículo del pasado 6 de febrero de título ‘No a las mentiras’, firmado por Emilio Palacio, subdirector de Opinión del diario guayaquileño”, dice la misiva enviada desde la Secretaría de Comunicación. En el mencionado artículo de Palacio, sin ninguna prueba, se hace la siguiente aseveración: “El Dictador debería recordar, por último, y esto es muy importante, que con el indulto, en el futuro, un nuevo presidente, quizás enemigo suyo, podría llevarlo ante una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente”.

Respecto al cuestionamiento que hizo WAN-IFRA sobre el proceso de El Universo como un delito de desacato, este fue desmentido por el Secretario Nacional de Comunicación. “El proceso iniciado en contra de los directivos de Diario El Universo no está imputado bajo la figura de desacato, sino por injuria. El artículo escrito por Emilio Palacio, editor de Opinión del rotativo guayaquileño, contiene expresiones que lesionan el honor, el buen nombre y la dignidad no sólo personal sino pública del Primer Mandatario”. La conducta expresa en el artículo de Palacio es contraria a lo expresado en líneas generales, tanto el Art. 11 como el 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos, pues, si bien la Convención tutela la libertad de expresión, no suprime los derechos considerados opuestos, como es el derecho a la honra, a la dignidad, al prestigio, a la fama y al buen concepto público.