ROMA.Empleados de una factoría protestan en la plaza Chigi contra el manejo de la crisis que está haciendo el gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi.
Los temores por la salud financiera de los bancos europeos y la economía estadounidense hicieron que volvieran a desplomarse ayer las bolsas mundiales, al día siguiente de que la Reserva Federal prometiera mantener en casi cero su tasa clave durante dos años más para calmar los mercados.
Los inversionistas se desprendieron masivamente de sus acciones en los bancos franceses, ante los temores de que Francia pierda su calidad crediticia suprema. En general, todos los bancos europeos de importancia encararon ventas masivas de sus acciones ante los temores de que estén demasiado expuestos a la crisis de la deuda soberana.
Milán encabezó las pérdidas de las bolsas con un descenso del 6,65%, Madrid bajó un 5,49%, París un 5,45%, Fráncfort un 5,13% y Londres lo hizo un 3%. En EE.UU. el promedio industrial del Dow Jones bajaba más de 420 puntos.
Mientras tanto, el euro bajaba un 1,3% a 1,4185 dólares.
En sudamérica
En tanto, por primera vez en mucho tiempo, Sudamérica no está en el ojo del huracán de la crisis y no es su víctima inmediata; al contrario, su economía crece y para asegurar ese buen momento los ministros de Finanzas de los doce países de la Unasur se reunirán mañana en Buenos Aires en busca de medidas y una coordinación que los blinde.
Tras años de durísimas políticas de ajuste, hoy Sudamérica tiene “una situación fiscal sólida, elevadas reservas internacionales, crecimiento económico y empleo; pero no se puede decir que estemos inmunizados. Si hay una nueva recesión en EE.UU. y Europa, acabará afectando a América Latina, sobre todo al comercio”, advirtió Rubens Ricupero, exjefe de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo.
