miércoles, 10 de agosto de 2011

El control fronterizo no mejora, pese a inversión

Marcan las 10:20 del jueves anterior, y la vía de acceso al Centro Binacional de Atención Fronterizo (CEBAF), ubicado a dos kilómetros del cantón Huaquillas (El Oro), no registra ningún movimiento vehicular. Los minutos transcurren, pero el panorama no varía. En contraste, en el puente internacional de Huaquillas, que conecta el centro de ese cantón con la localidad peruana de Aguas Verdes, no cesa el paso de personas, vehículos livianos y carretas cargadas con frutas, legumbres, mercadería, galones de combustible y tanques de gas de uso doméstico.

La situación es similar dentro del CEBAF, una imponente estructura compuesta por 11 bloques edificados sobre 6 500 m2. A la entrada, un empleado de Agrocalidad y un miembro de la Policía Antinarcóticos, aguardan que llegue el transporte pesado.

El CEBAF forma parte del primer eje del Plan de integración Binacional entre Ecuador y Perú, que contempla la vía Guayaquil-Piura, y puente de la Paz del lado ecuatoriano. La inversión fue de $52 millones, financiados por la Unión Europea en conjunto con los gobierno de Ecuador y Perú. Está destinada para las instituciones de control fronterizo: Aduana, Agrocalidad, Policía Antinarcóticos y Migración

"Estamos operativos en un 40%, hemos tenido algunos inconvenientes a nivel de infraestructura", dijo la coordinadora del CEBAF, María Lourdes Rivadeneira, contratada por la Agencia Nacional de Tránsito, entidad administradora.

En el lugar hay más personal de mantenimiento que de control. Hay alrededor de 30 guardias y 15 empleados de mantenimiento. Mientras que el personal que permanece en las oficinas de la Aduana, Agrocalidad, Antinarcóticos y en el punto de atención de la Policía de Migración, no superan los 20.

Faltan "bodegas, balanzas digitales, personal de cuadrillas", dijo Jorge Gavilanes, coordinador de Agrocalidad en Huaquillas. "Para que los carros ingresen por aquí, tendrían que cerrar el puente de Huaquillas, pero sucede que en Huaquillas hay un problema social".

Es que por el otro puente o por una infinidad de pasos clandestinos que siguen abiertos, a lo largo de frontera, el contrabando sigue latente.