Al término del año 2010, la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE) informó que el sistema bancario privado culmina el presente año con una notable solidez y solvencia financiera.
El índice de patrimonio técnico finalizó noviembre de 2010 en el 12,5%, ello representa 3,5 puntos porcentuales sobre el mínimo requerido (9%) por los entes reguladores, señaló César Robalino, director Ejecutivo de la ABPE. A su vez, presenta un excedente de USD 480 millones en el patrimonio técnico constituido.
La cartera improductiva que implica, la cartera vencida más la cartera que no genera intereses, termina con un saldo neto de USD 313 millones, lo que significa un índice de morosidad del 3%, índice que se constituye como el más bajo registrado en el sistema financiero nacional. Las provisiones para hacer frente a los créditos impagos superaran en 2,1 veces al saldo de esta cartera, brindando solidez al sistema.
Las utilidades totales netas de la Banca privada alcanzarán aproximadamente los USD 250 millones, mientras que la rentabilidad, índice que contrasta las utilidades acumuladas respecto al patrimonio promedio, oscilará entre el 12% y 13% en este año.
El número de clientes ascendió a 5,4 millones de personas, mientras que el número de cuentas registradas en la Banca se ubicó en 5,7 millones, incrementando de esta forma los niveles de bancarización en el país.
En el último lustro el índice de bancarización fluctuó del 24,9% al 36,8%, lo cual representa un crecimiento del 48% al finalizar el año 2010. Por otra parte, la cartera crediticia se ha expandido a una velocidad del 20% anual, en ese mismo orden, el 73% del fondeo captado por la Banca se lo ha destinado en operaciones de crédito en el país.
También es positivo, que entre el 80% y 90% del crédito se destina a actividades productivas como: la manufactura, agricultura, construcción, la pequeña, mediana y gran industria y, las actividades de exportación, entre otras.
Según Robalino, el 29% de la cartera de la banca tiene como destino actividades de consumo, lo que ratifica la cooperación del sistema bancario para financiar el proceso de desarrollo de la economía y por ende satisfacer los requerimientos financieros de los sectores productivos del Ecuador.
El índice de patrimonio técnico finalizó noviembre de 2010 en el 12,5%, ello representa 3,5 puntos porcentuales sobre el mínimo requerido (9%) por los entes reguladores, señaló César Robalino, director Ejecutivo de la ABPE. A su vez, presenta un excedente de USD 480 millones en el patrimonio técnico constituido.
La cartera improductiva que implica, la cartera vencida más la cartera que no genera intereses, termina con un saldo neto de USD 313 millones, lo que significa un índice de morosidad del 3%, índice que se constituye como el más bajo registrado en el sistema financiero nacional. Las provisiones para hacer frente a los créditos impagos superaran en 2,1 veces al saldo de esta cartera, brindando solidez al sistema.
Las utilidades totales netas de la Banca privada alcanzarán aproximadamente los USD 250 millones, mientras que la rentabilidad, índice que contrasta las utilidades acumuladas respecto al patrimonio promedio, oscilará entre el 12% y 13% en este año.
El número de clientes ascendió a 5,4 millones de personas, mientras que el número de cuentas registradas en la Banca se ubicó en 5,7 millones, incrementando de esta forma los niveles de bancarización en el país.
En el último lustro el índice de bancarización fluctuó del 24,9% al 36,8%, lo cual representa un crecimiento del 48% al finalizar el año 2010. Por otra parte, la cartera crediticia se ha expandido a una velocidad del 20% anual, en ese mismo orden, el 73% del fondeo captado por la Banca se lo ha destinado en operaciones de crédito en el país.
También es positivo, que entre el 80% y 90% del crédito se destina a actividades productivas como: la manufactura, agricultura, construcción, la pequeña, mediana y gran industria y, las actividades de exportación, entre otras.
Según Robalino, el 29% de la cartera de la banca tiene como destino actividades de consumo, lo que ratifica la cooperación del sistema bancario para financiar el proceso de desarrollo de la economía y por ende satisfacer los requerimientos financieros de los sectores productivos del Ecuador.
