viernes, 3 de diciembre de 2010

Correa si fue advertido de su seguridad en el Regimiento Quito

Un miembro de su seguridad dijo ayer que el 30 de septiembre le previnieron de que era peligroso ingresar al Regimiento Quito. Pese a ello, el mandatario regresó al cuartel

Richard Piedra Constante, capitán del Ejército y miembro de la Seguridad Presidencial que acompañó a Rafael Correa el 30 de septiembre al Regimiento Quito N.° 1, aseguró ayer que le advirtieron al mandatario de que tenían información de que era "peligroso" volver a entrar a ese cuartel policial. Sin embargo, el presidente insistió y retornó a donde estaban los uniformados inconformes. Esta afirmación la hizo mientras rendía su versión ante el fiscal José Miguel Jiménez, que se realizó a las 10:30.

Además, indicó que aquella mañana, "al llegar a la parte trasera de las instalaciones del GOE (avenidas Occidental y Mariana de Jesús), personal policial detuvo y separó la caravana presidencial. "Desembarcamos de los vehículos y forcejeamos con uniformados de la Policía para poder pasar", acotó.

"Luego de esto, ingresamos a las instalaciones del GOE, se desembarcó el presidente y un oficial de este grupo se le acercó, el cual trataba de indicar la situación que se estaba viviendo. El presidente hizo caso omiso y preguntó dónde estaba la turba, porque él quería ir allá, ante lo cual le mencionaron que se encontraban al otro costado (del cuartel del GOE)", indicó.

Piedra añadió: "Inmediatamente, nos acercamos en los vehículos conjuntamente con el presidente y nos dirigimos hacia la entrada principal del Regimiento Quito. Al desembarcar, nos acercamos a la puerta de ingreso en donde se encontraba personal policial, quienes procedieron a insultar al presidente y a lanzarnos piedras y objetos contundentes".

"Luego de esto se lanzó una bomba de gas lacrimógeno por parte de la turba policial, ante lo cual protegimos con la cobija antibalas y evacuamos al presidente. Salimos con la caravana unos 1 000 metros, ante lo cual el mandatario detuvo la caravana y nos indicó que se le entregue el bastón y la máscara antigás, porque íbamos a regresar al Regimiento Quito. Se le supo indicar, por parte de los oficiales que nos encontrábamos en ese momento, que era peligroso el retorno, ya que (los policías) tenían armamento, gas lacrimógeno y gas pimienta; pese a esto, cumplimos con la orden del presidente de regresar al mencionado punto".

Relató también: "Al ingresar al Regimiento Quito, nuevamente personal policial nos volvió a echar gas pimienta...".

En su versión, el capitán Piedra indicó que el jueves 30 de septiembre de 2010, a eso de las 09:00, se encontraban en la Presidencia de la República, momentos en que recibió la orden del capitán Pedro Rocha de armar la caravana presidencial, ante la ausencia de los comandantes del Grupo de Seguridad Presidencial que se encontraban en un seminario de la Flacso, por lo que se procedió a cumplir la orden conjuntamente con dos pelotones de seguridad...".

Asimismo, ayer rindió versión, pero ante el fiscal Jorge Cano, el general de la Policía (r) Florencio Ruíz, dentro de la instrucción por el delito de rebelión. Ante esa misma autoridad tenía que acudir el también ex miembro de la cúpula Euclides Mantilla, a las 08:00, pero no concurrió.

Para la tarde estaba prevista la comparecencia, ante el mismo fiscal, del general (r) Jaime Vaca, también ex alto jefe policial.

SE NIEGA ACCIÓN DE PROTECCIÓN. Ayer, el juez segundo de Tránsito de Pichincha, David Jacho, negó la acción de protección presentada por los asambleístas Leonardo Viteri, César Montúfar, Fernando Aguirre, Fausto Cobo y Andrés Paéz, en contra del presidente Rafael Correa; David Chiriboga, ministro de Salud; Javier Ponce, ministro de Defensa; Gustavo Jalkh, del Interior; Ricardo Patiño, canciller; y, Ernesto González, del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

Según los asambleístas, la incursión militar al Hospital de la Policía, el pasado 30 de septiembre, fue un crimen de lesa humanidad, una violación al derecho a la vida, se creó inestabilidad psicosomática en pacientes, médicos y trabajadores que estaban el momento de la entrada de los militares.