Convencer a los grandes productores de crudo de las ventajas de no extraer petróleo en una de las zonas de mayor biodiversidad del mundo: éste será el difícil desafío de Ecuador en la reunión de mañana de la OPEP en Quito, donde espera reunir nuevos apoyos para su proyecto Yasuní ITT.
"Nosotros ya presentamos la iniciativa a la OPEP y ahora queremos ver qué nos proponen. Esperamos que vengan con algo más que palabras, con cosas concretas", declaró Ivonne A-Baki, presidenta del equipo negociador del proyecto Yasuni ITT y asesora del presidente de la República, Rafael Correa.
Bajo el suelo del parque de Yasuní, riquísima reserva de la biósfera de la Amazonia ecuatoriana, reposan un 20% de las reservas de crudo del país sudamericano, es decir 846 millones de barriles.
Y el gobierno está dispuesto a no extraerlos para contribuir en la lucha contra el calentamiento del planeta si la comunidad internacional le apoya con un fondo de $3 600 millones, que representan la mitad de lo que se conseguiría explotando este petróleo.
"Queremos ver la posición de los países petroleros. Ellos tienen la posibilidad de quedar muy bien apoyando el medioambiente y al mismo tiempo se benefician si no sacamos el petróleo, debido a la elasticidad de los precios", agregó Baki, refiriéndose a la ganancia indirecta que representa no aumentar la oferta mundial de crudo, lo cual haría retroceder los precios.
"Si son inteligentes nos apoyarán y no sólo por altruísmo", dijo Correa.
Según Baki, países como Irán, Liba, Qatar o Arabia Saudita han dado señales de querer apoyar este proyecto y la OPEP como bloque podría recurrir a uno de sus fondos especiales existentes para financiarlo.
Citas como la reunión de países exportadores de crudo o la conferencia sobre el clima de Cancún son cruciales para reunir este apoyo financiero que está tardando en llegar.
Después de una intensa campaña internacional, el proyecto Yasuní ITT ha sido muy elogiado pero sólo ha recibido apoyos simbólicos de países como Chile, España, Bélgica o Italia, que en total no suman más de dos millones de dólares.
"No perdemos las esperanzas, queda mucho por caminar y vamos a luchar hasta el final. Pero esto tiene límites y el presidente es muy claro: si no existen posibilidades reales vamos a por el plan B", afirmó Juan Carlos Coellar, viceministro de Patrimonio.
"Tenemos un país con grandes necesidades y dependemos aún del petróleo. No podemos decir que no lo sacamos y no importa. Sí importa", corroboró Baki.
Según el asesor en Asuntos Ambientales del gobierno ecuatoriano, Mario Ruales, Ecuador está dando un paso adelante en la lucha contra el cambio climático con el proyecto Yasuní, donde viven los dos últimos pueblos indígenas ecuatorianos en aislamiento voluntario.
"Esta iniciativa rompe paradigmas. Ya no se trata de recompensar a quien taló árboles y luego volvió a plantarlos sino que vamos más allá: estamos hablando de una nueva relación con la naturaleza", dijo.
"Es la época post-Kioto. Ecuador apuesta por la prevención, por dejar el medio ambiente como está, por la no emisión de 407 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono que se producirían en el yacimiento de Yasuní", continuó Baki.
Ecuador está dispuesto a esperar a diciembre de 2011 para reunir los primeros $100 millones, que serían una señal de que el mundo está "realmente interesado" por esta iniciativa. En caso contrario se procederá a la explotación responsable del yacimiento, adelantó Correa.
"El tema no es tener los $3 600 millones mañana o dentro de un año. Hay que saber que estamos en proceso de contar con ellos. Hace falta una señal clara, que serán esos $100 millones, y si no, vamos al plan B", explicó Coéllar.
Para reunir este apoyo, el gobierno ecuatoriano intensificará a partir de ahora sus esfuerzos con la sociedad civil.
"Es una gran frustración. Los gobiernos a veces parecen olvidar que éste es el único mundo que tenemos. Ahora debemos redoblar esfuerzos y dirigirnos también hacia un sector privado que sabe que el cambio climático es un hecho", concluyó Baki.(AFP)
"Nosotros ya presentamos la iniciativa a la OPEP y ahora queremos ver qué nos proponen. Esperamos que vengan con algo más que palabras, con cosas concretas", declaró Ivonne A-Baki, presidenta del equipo negociador del proyecto Yasuni ITT y asesora del presidente de la República, Rafael Correa.
Bajo el suelo del parque de Yasuní, riquísima reserva de la biósfera de la Amazonia ecuatoriana, reposan un 20% de las reservas de crudo del país sudamericano, es decir 846 millones de barriles.
Y el gobierno está dispuesto a no extraerlos para contribuir en la lucha contra el calentamiento del planeta si la comunidad internacional le apoya con un fondo de $3 600 millones, que representan la mitad de lo que se conseguiría explotando este petróleo.
"Queremos ver la posición de los países petroleros. Ellos tienen la posibilidad de quedar muy bien apoyando el medioambiente y al mismo tiempo se benefician si no sacamos el petróleo, debido a la elasticidad de los precios", agregó Baki, refiriéndose a la ganancia indirecta que representa no aumentar la oferta mundial de crudo, lo cual haría retroceder los precios.
"Si son inteligentes nos apoyarán y no sólo por altruísmo", dijo Correa.
Según Baki, países como Irán, Liba, Qatar o Arabia Saudita han dado señales de querer apoyar este proyecto y la OPEP como bloque podría recurrir a uno de sus fondos especiales existentes para financiarlo.
Citas como la reunión de países exportadores de crudo o la conferencia sobre el clima de Cancún son cruciales para reunir este apoyo financiero que está tardando en llegar.
Después de una intensa campaña internacional, el proyecto Yasuní ITT ha sido muy elogiado pero sólo ha recibido apoyos simbólicos de países como Chile, España, Bélgica o Italia, que en total no suman más de dos millones de dólares.
"No perdemos las esperanzas, queda mucho por caminar y vamos a luchar hasta el final. Pero esto tiene límites y el presidente es muy claro: si no existen posibilidades reales vamos a por el plan B", afirmó Juan Carlos Coellar, viceministro de Patrimonio.
"Tenemos un país con grandes necesidades y dependemos aún del petróleo. No podemos decir que no lo sacamos y no importa. Sí importa", corroboró Baki.
Según el asesor en Asuntos Ambientales del gobierno ecuatoriano, Mario Ruales, Ecuador está dando un paso adelante en la lucha contra el cambio climático con el proyecto Yasuní, donde viven los dos últimos pueblos indígenas ecuatorianos en aislamiento voluntario.
"Esta iniciativa rompe paradigmas. Ya no se trata de recompensar a quien taló árboles y luego volvió a plantarlos sino que vamos más allá: estamos hablando de una nueva relación con la naturaleza", dijo.
"Es la época post-Kioto. Ecuador apuesta por la prevención, por dejar el medio ambiente como está, por la no emisión de 407 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono que se producirían en el yacimiento de Yasuní", continuó Baki.
Ecuador está dispuesto a esperar a diciembre de 2011 para reunir los primeros $100 millones, que serían una señal de que el mundo está "realmente interesado" por esta iniciativa. En caso contrario se procederá a la explotación responsable del yacimiento, adelantó Correa.
"El tema no es tener los $3 600 millones mañana o dentro de un año. Hay que saber que estamos en proceso de contar con ellos. Hace falta una señal clara, que serán esos $100 millones, y si no, vamos al plan B", explicó Coéllar.
Para reunir este apoyo, el gobierno ecuatoriano intensificará a partir de ahora sus esfuerzos con la sociedad civil.
"Es una gran frustración. Los gobiernos a veces parecen olvidar que éste es el único mundo que tenemos. Ahora debemos redoblar esfuerzos y dirigirnos también hacia un sector privado que sabe que el cambio climático es un hecho", concluyó Baki.(AFP)