martes, 2 de agosto de 2011

Acuerdo en la Casa Blanca alivia la economía mundial

El principal asesor político de la Casa Blanca, David Plouffe, reconoció que el acuerdo alcanzado entre demócratas y republicanos para elevar el techo de la deuda antes de caer en mora no es perfecto pero supone un alivio para la economía. "Evidentemente, cada miembro (del Congreso) va a tener su propia opinión pero confiamos en que este acuerdo se va a aprobar", dijo Plouffe en el programa "GoodMorning America" de ABC.

"Es un acuerdo que disipa la nube de incertidumbre sobre la economía y no vamos a volver a repetir este episodio otra vez en cinco o seis meses", agregó.

Plouffe, quién compareció en los principales programas políticos matutinos después de un intenso fin de semana de negociaciones en el que se alcanzó el esperado acuerdo, recordó que el pacto no incluye una de las principales demandas del presidente BarackObama, el aumento de impuestos, pero aseguró que el Gobierno seguirá luchando por ello.

Una reforma fiscal que logre cerrar algunas "lagunas" en el sistema es la "única manera de reducir realmente el déficit de manera significativa e inteligente", afirmó.

Tanto demócratas como republicanos tienen ahora un plan que proporciona "una buena reducción del déficit" tras un proceso que Plouffe calificó de "espectáculo" y que ha mantenido nerviosos a los mercados internacionales, sobre todo a los países como China, principal tenedor de deuda estadounidense.

Los detalles del acuerdo, que aún debe ser aprobado por el Congreso -donde varios legisladores expresaron preocupación- son los siguientes:

El acuerdo autoriza un aumento del límite legal de la deuda en al menos 2,1 billones de dólares. Un alto funcionario del gobierno dijo que ese nivel era suficiente para llegar hasta 2013, lo que significa que no se requerirá actuar en 2012, año de la campaña electoral.

El acuerdo autoriza cortes de gastos por más de 900.000 millones de dólares en la próxima década. Un funcionario de la Casa Blanca dijo que la cifra se ubicará entre 900.000 millones y 1 billón de dólares, pero el despacho del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, situó el monto en 917.000 millones.La Casa Blanca dijo que los recortes afectarán a los gastos discrecionales -financiamiento que es autorizado a voluntad por el Congreso- y no de la Seguridad Social y el programa de salud para ancianos Medicare.

El pacto crea una comisión especial del Congreso, con igual número de miembros demócratas y republicanos, para determinar recortes por 1,5 billones en todos los sectores.La comisión debe presentar sus recomendaciones el 23 de noviembre, y ambas cámaras del Congreso deberán votar sobre las recomendaciones, sin posibilidad de operar modificaciones, para el 23 de diciembre.

Si el Congreso no aprueba los recortes, entonces entrarán en vigor cortes de gasto automáticos por el mismo monto tanto en el sector de defensa como el de la no defensa, sin afectar Medicare y la Seguridad Social, señaló la Casa Blanca.

El acuerdo prevé reducciones por 350.000 millones de dólares en gastos de defensa sobre los próximos 10 años.El presupuesto militar del año pasado se situó en torno a los 700.000 millones de dólares, por lejos el más abultado del mundo, pero de seguro la cifra disminuirá a medida que Estados Unidos disminuya sus compromisos en Irak y Afganistán.

Algunos republicanos argumentaron contra profundas reducciones en la defensa, alegando que ello podría tener implicaciones estratégicas.

El acuerdo no incluye ningún aumento de impuestos. Los legisladores republicanos se han mantenido firmes en este punto, mientras que los demócratas argumentan que EE.UU. también necesita aumentar su recaudación en un acuerdo tan amplio.

La Casa Blanca dijo que Obama aún podía pelear para restituir el nivel de los gravámenes sobre los estadounidenses adinerados, logrando una recaudación de 1 billón de dólares.

El acuerdo insta al Congreso a votar para fines del año una enmienda a la Constitución que obligue a un presupuesto equilibrado; una propuesta de los conservadores republicanos de larga data, que alegan que el país debe mantener sus finanzas en orden. Si el Congreso aprueba esa enmienda, Obama sería autorizado a buscar otro aumento del techo de la deuda de 1,5 billones de dólares.