Lima, EFE. El mayor reto de Ollanta Humala, quien asumirá la presidencia de Perú hoy, es hasta qué punto realizará “la gran transformación del país” que prometió sin dañar el crecimiento económico, duda que mantiene a los peruanos entre la esperanza y el temor.
Frente a las ansias de cambio que manifiesta buena parte de la población del país, especialmente en el interior agrario e indígena, y sobre las que Humala ha construido su proyecto político desde su primera postulación en 2006, la apretada segunda vuelta obligó al próximo Mandatario a prometer que mantendría las líneas económicas de la última década.
La pregunta central se perfila entonces, en cómo Humala logrará equilibrar en su política las esperanzas de cambio de una población que ansía acceder a ese crecimiento que los números macroeconómicos señalan y el miedo al cambio que existe entre los sectores empresariales y buena parte de la población de la capital Lima.
Los resultados de la segunda vuelta electoral son claros: mientras en zonas del interior del país, Humala logró el apoyo de más del 70% de la población, en Lima perdió con solo un 42% de los votos.
Aunque los números que el saliente Gobierno de Alan García se esfuerza en repetir muestran un crecimiento económico que ha sido bautizado ya por algunos como “el milagro peruano”, buena parte de la población se siente fuera de una fiesta a la que no ha sido invitada.
El nuevo Congreso peruano nombró al parlamentario Daniel Abugattás, compañero de partido del mandatario electo Ollanta Humala, como su presidente, en una votación previamente consensuada por los grupos parlamentarios.
Abugattás presidía la única lista a la mesa directiva del Congreso que fue presentada y estará acompañado en sus labores por Manuel Merino, del partido del expresidente Alejandro Toledo, Perú Posible; Yehude Simon, de Alianza por el Gran Cambio, y Michael Urtecho, de Solidaridad Nacional.
Ayer, Abugattás, tomó el juramento a los cinco parlamentarios andinos que ejercerán por los próximos cinco años.
Frente a las ansias de cambio que manifiesta buena parte de la población del país, especialmente en el interior agrario e indígena, y sobre las que Humala ha construido su proyecto político desde su primera postulación en 2006, la apretada segunda vuelta obligó al próximo Mandatario a prometer que mantendría las líneas económicas de la última década.
La pregunta central se perfila entonces, en cómo Humala logrará equilibrar en su política las esperanzas de cambio de una población que ansía acceder a ese crecimiento que los números macroeconómicos señalan y el miedo al cambio que existe entre los sectores empresariales y buena parte de la población de la capital Lima.
Los resultados de la segunda vuelta electoral son claros: mientras en zonas del interior del país, Humala logró el apoyo de más del 70% de la población, en Lima perdió con solo un 42% de los votos.
Aunque los números que el saliente Gobierno de Alan García se esfuerza en repetir muestran un crecimiento económico que ha sido bautizado ya por algunos como “el milagro peruano”, buena parte de la población se siente fuera de una fiesta a la que no ha sido invitada.
El nuevo Congreso peruano nombró al parlamentario Daniel Abugattás, compañero de partido del mandatario electo Ollanta Humala, como su presidente, en una votación previamente consensuada por los grupos parlamentarios.
Abugattás presidía la única lista a la mesa directiva del Congreso que fue presentada y estará acompañado en sus labores por Manuel Merino, del partido del expresidente Alejandro Toledo, Perú Posible; Yehude Simon, de Alianza por el Gran Cambio, y Michael Urtecho, de Solidaridad Nacional.
Ayer, Abugattás, tomó el juramento a los cinco parlamentarios andinos que ejercerán por los próximos cinco años.
