miércoles, 18 de mayo de 2011

4 años de polígrafo para la Policía Judicial

La palabra polígrafo parecería estar de moda en el país. El presidente Rafael Correa dice que se sometería a uno, pero que también lo haga el coronel César Carrión. Además, en su discurso de posesión como ministro del Interior (13 de mayo), José Serrano anunció que todo el personal de la Policía Judicial (PJ) deberá someterse periódicamente a este aparato para iniciar el proceso de transformación del sistema de investigación.

El polígrafo es un detector de mentiras. Correa dice que se sometería a este análisis en relación al supuesto aporte de la FARC en su campaña, pero solo con la condición de que Carrión lo haga y declare sobre el 30-S.

Pero el uso de estos detectores no es tan fácil como usar un termómetro. Según informó Diego Soria, director de la empresa Poligraph Center, en Guayaquil, especializada en esta materia, el costo de cada prueba es de 150 a 200 dólares, en caso de que estos aparatos sean alquilados. Para que los 5.551 agentes con los que cuenta la PJ a nivel nacional pasen por el polígrafo, se necesitarían 1’110.200 dólares en el caso del costo más alto (200 dólares) y de 832.650 dólares si se consiguen las pruebas más baratas (150 dólares).

Soria, además, explicó que en el caso de que la PJ o el Gobierno tengan un detector, habrá que tener paciencia, pues cada prueba toma hasta dos horas y el poligrafista solo puede hacer, según el experto, un máximo de cuatro exámenes diarios. Es decir, con un detector de mentiras, el ministro Serrano tendría que esperar 1.387 días para conocer el resultado final de la evaluación y así identificar a los policías mentirosos. Esto implica, 3,8 años, pero a esta administración le quedan dos. Si hay dos aparatos, el tiempo se reduciría a la mitad y si se multiplican, aunque pueden llegar a tener un costo de hasta 15.000 dólares, la espera sería más corta. Si compran 10, por ejemplo, se habría gastado un promedio de 150.000 dólares y el proceso se cumpliría en medio año.

¿Qué es la poligrafía?
Soria explica que este es un instrumento que permite medir el comportamiento fisiológico de un ser humano y a través de este, se puede detectar si está engañando. “Cuando mentimos, sufrimos una alteración inmediata en varios órganos que están relacionados con el sistema nervioso autónomo”, señala el experto.

Se usan varios componentes que son de uso médico: neumógrafos, cardiógrafos, pletismógrafos, galvanómetro, contracción muscular y medidor de tonos de voz. “Estos son conectados a varias partes del cuerpo y permiten hacer un monitoreo. En base a esto se estructuran preguntas y se va determinando cuándo dice la verdad o miente”, puntualizó.

Certeza
Según el experto, la veracidad de estos equipos es de un 95%, pero también dependerá de preparación del poligrafista. “Es un tabú que el polígrafo puede ser objeto de engaño, al medir varios órganos que no son controlados por el cerebro, como el corazón, el poligrafista puede detectar cualquier contramedida que realice la persona que se somete a esta prueba. Lo que sí podría existir es una falta de profesionalismo por parte del poligrafista, que no puede estructurar adecuadamente las preguntas”, añadió.

Valor jurídico
Para el presidente de la Federación Nacional de Abogados del Ecuador, Víctor Hugo Cevallos, en Ecuador esta prueba no tiene ningún valor jurídico si se realiza sin la autorización de la persona. “No existe una disposición o norma para que el ministro del Interior, José Serrano, pueda dar esa disposición. Si quiero que mis subalternos lo hagan, debo poner el ejemplo, por lo que pediría al señor Serrano que sea él, el primero en someterse públicamente a la prueba”, señaló el jurista.

Cevallos recordó que la propia Constitución manifiesta que una “prueba alcanzada en base a la violación de las normas constitucionales legales no tiene valor. alguno”.