miércoles, 19 de octubre de 2011

Correa desestima críticas de SIP a situación de libertad de prensa en Ecuador

El presidente de la República, Rafael Correa, desestimó ayer las críticas emitidas desde la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) sobre los supuestos ataques a la prensa privada en su país.

Correa dijo que le "tiene sin el menor cuidado" lo que diga la SIP, organismo que concluyó hoy en Lima su Asamblea General con duras críticas al estado de la libertad de prensa en Cuba, Argentina, Ecuador y Venezuela.

El mandatario, que no ahondó en comentarios, también criticó al expresidente de la SIP, el guatemalteco Gonzalo Marroquín, quien ha alertado sobre el supuesto deterioro de la libertad de prensa en Ecuador.

"Qué solvencia intelectual, moral, democrática tiene el señor Marroquín que no sea haber tenido plata para comprarse unos cuantos periódicos en Guatemala", afirmó Correa en una rueda de prensa en la ciudad costera de Guayaquil.

Marroquín "puede decir lo que sea, que ni me va ni me viene", agregó el mandatario ecuatoriano y se refirió a una Ley Orgánica de Telecomunicaciones que se discute en la Asamblea Nacional.

En el legislativo "estamos planteando un sistema mucho más transparente, participativo" del espectro radioeléctrico, para democratizar el acceso de la sociedad a las emisiones de radio, apuntó el mandatario.

La SIP, en su Asamblea en Lima, alertó que "los intentos por silenciar a la prensa independiente en la región han continuado, en forma cada vez más intensa, a lo largo de 2011".

La organización dijo que el peligro más grave que enfrentan los periodistas en la región "es el de la violencia física, el crimen y la impunidad con que se cometen estos delitos".

Pero la SIP remarcó que existen "gobiernos intolerantes y autoritarios" que intentan acallar a los medios y mencionó el caso de Ecuador, donde según dijo "las numerosas demandas que se han presentado contra los medios estimulan un clima de autocensura".

Aseguró que en Venezuela, Ecuador, Argentina y Panamá "los gobiernos procuran crear un clima de hostilidad a los medios, con agresiones verbales que, en algunos casos, son encabezadas por los propios jefes de Estado". (EFE)