“Por un tiempo más, el Ecuador seguirá siendo una patria alfabetizándose”. Así lo señala el exministro de Educación y actual embajador de Ecuador en Colombia, Raúl Vallejo, en su artículo publicado el pasado jueves en su blog Acoso textual titulado ‘8 de septiembre: la tarea por delante’, fecha en que se celebró el Día Internacional de la Alfabetización.
“Hace dos años, el 8 de septiembre del 2009, durante la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, cometí un error. En el marco de dicha celebración, como ministro de Educación, declaré que el Ecuador era una patria alfabetizada. Dos años después, con los resultados del censo 2010, sabemos que del total de la población de 15 años o más, que es 9’955.074, todavía el 6,75% es una población analfabeta; esto es, en números absolutos, 672.096 personas”, dice.
El estadio Jocay de Manta, en medio de un festival artístico, fue el escenario ese 8 de septiembre de esta declaratoria que también se hizo pública en la sede de la Unesco. Incluso, el presidente Rafael Correa en el enlace sabatino del 15 de septiembre felicitó al funcionario por la declaratoria: “Hemos hecho en dos años lo que ningún Gobierno hizo en décadas”, dijo entonces el mandatario.
Pero Vallejo en su última rendición de cuentas (enero del 2010) ya no mencionó al país como una patria alfabetizada, sino que “el Ecuador es una patria alfabetizándose”.
El 16 de marzo del 2010, el MPD planteó un juicio político en contra de Vallejo, con el respaldo de 43 asambleístas, acusado de presuntos delitos contra la fe y la administración pública, peculado y flagrantes violaciones a la Constitución.
La acusación, según el MPD, fue por haber mentido al declarar al Ecuador patria libre de analfabetismo. El 14 de mayo del mismo año la Comisión de Fiscalización resolvió, con 7 votos, archivar el juicio político.
Vallejo, en su artículo del jueves pasado, explica cómo se cometió ese error. Las cifras de alfabetizados recogidas por la Dirección Nacional de Educación Popular (Dinep), que fueron enviadas por las direcciones provinciales del país (que, a su vez, recogían las estadísticas dadas por los centros de alfabetización), “señalaron que habíamos bajado la tasa de analfabetismo a menos del 4%”.
Además, dice, que el Ministerio de Educación pidió a la Unesco que realizara un estudio sobre los programas de alfabetización ejecutados y que confronte las cifras del Ministerio. La proyección del estudio de la Unesco señaló que la tasa de analfabetismo a diciembre del 2009 sería de menos del 3%. “En un oficio del 21 de octubre del 2009, que me envió Eduard Matoko, director regional de la Unesco, señala: «esta información puede utilizarse como referencia para realizar una declaratoria como la realizada por usted en el Ecuador (‘patria alfabetizada’)»”.
“Yo no esperé el resultado del censo para reconocer el error”, asegura en su artículo y relata que apenas conoció de la encuesta de calidad de vida, efectuada a fines del 2009, convocó a una rueda de prensa, en enero del 2010, en la que expuso la nueva situación educativa.
Añade que envió oficialmente sendas comunicaciones a la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional y a la Unesco informando acerca de las nuevas realidades. Al mismo tiempo, dice, presentó su renuncia que no fue aceptada. “He trabajado toda mi vida en el campo educativo y, sobre todo, dirigí la campaña de alfabetización Monseñor Leonidas Proaño, en 1989, de tal forma que el primer decepcionado y entristecido por la situación fui yo mismo”.
“Hace dos años, el 8 de septiembre del 2009, durante la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, cometí un error. En el marco de dicha celebración, como ministro de Educación, declaré que el Ecuador era una patria alfabetizada. Dos años después, con los resultados del censo 2010, sabemos que del total de la población de 15 años o más, que es 9’955.074, todavía el 6,75% es una población analfabeta; esto es, en números absolutos, 672.096 personas”, dice.
El estadio Jocay de Manta, en medio de un festival artístico, fue el escenario ese 8 de septiembre de esta declaratoria que también se hizo pública en la sede de la Unesco. Incluso, el presidente Rafael Correa en el enlace sabatino del 15 de septiembre felicitó al funcionario por la declaratoria: “Hemos hecho en dos años lo que ningún Gobierno hizo en décadas”, dijo entonces el mandatario.
Pero Vallejo en su última rendición de cuentas (enero del 2010) ya no mencionó al país como una patria alfabetizada, sino que “el Ecuador es una patria alfabetizándose”.
El 16 de marzo del 2010, el MPD planteó un juicio político en contra de Vallejo, con el respaldo de 43 asambleístas, acusado de presuntos delitos contra la fe y la administración pública, peculado y flagrantes violaciones a la Constitución.
La acusación, según el MPD, fue por haber mentido al declarar al Ecuador patria libre de analfabetismo. El 14 de mayo del mismo año la Comisión de Fiscalización resolvió, con 7 votos, archivar el juicio político.
Vallejo, en su artículo del jueves pasado, explica cómo se cometió ese error. Las cifras de alfabetizados recogidas por la Dirección Nacional de Educación Popular (Dinep), que fueron enviadas por las direcciones provinciales del país (que, a su vez, recogían las estadísticas dadas por los centros de alfabetización), “señalaron que habíamos bajado la tasa de analfabetismo a menos del 4%”.
Además, dice, que el Ministerio de Educación pidió a la Unesco que realizara un estudio sobre los programas de alfabetización ejecutados y que confronte las cifras del Ministerio. La proyección del estudio de la Unesco señaló que la tasa de analfabetismo a diciembre del 2009 sería de menos del 3%. “En un oficio del 21 de octubre del 2009, que me envió Eduard Matoko, director regional de la Unesco, señala: «esta información puede utilizarse como referencia para realizar una declaratoria como la realizada por usted en el Ecuador (‘patria alfabetizada’)»”.
“Yo no esperé el resultado del censo para reconocer el error”, asegura en su artículo y relata que apenas conoció de la encuesta de calidad de vida, efectuada a fines del 2009, convocó a una rueda de prensa, en enero del 2010, en la que expuso la nueva situación educativa.
Añade que envió oficialmente sendas comunicaciones a la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional y a la Unesco informando acerca de las nuevas realidades. Al mismo tiempo, dice, presentó su renuncia que no fue aceptada. “He trabajado toda mi vida en el campo educativo y, sobre todo, dirigí la campaña de alfabetización Monseñor Leonidas Proaño, en 1989, de tal forma que el primer decepcionado y entristecido por la situación fui yo mismo”.