Acudir a clases ya no los motiva. Las ocho horas que deben permanecer en las escuelas y colegios se convirtieron en un ‘dolor de cabeza’ para los maestros ecuatorianos, quienes, obligatoriamente, debieron acogerse a lo dispuesto en la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI)
Narcisa V. es docente de una escuela fiscal en el sector de Chillogallo, en el sur de Quito y está inconforme con el aumento de la jornada laboral. “A pesar de que nos aumentaron horas, el sueldo no se incrementó. El trabajo que hacemos después de las 13:00 (preparación de clases, corrección de pruebas o deberes) antes lo realizábamos en la casa, no entiendo por qué el Gobierno se empeña en que los docentes nos quedemos hasta las 15:00”, señaló.
A este malestar se sumó la profesora Alicia T., quien dijo que incluso tiene que sacrificar tiempo con sus hijos. “El círculo familiar se debilita porque mientras los padres pasamos fuera, los hijos pueden descarriarse porque no tienen una guía”. Las dos maestras prefirieron no dar sus apellidos por temor a represalias. “Quien no está con la tesis del Gobierno está en su contra y nosotros queremos conservar nuestro trabajo”, señalaron.
Quien no tuvo miedo fue el director de la Escuela Marquesa de Solanda, en Quito, Luis Lovato. Él también rechazó el incremento de la jornada laboral. “La inconformidad del magisterio es general, se aumenta la jornada y no se dan cuenta de otros problemas, como la falta de infraestructura y docentes”, mencionó.
Estudio detallado
Mauro Gudiño, docente de Química del Colegio Mejía de Quito, antes de exponer su queja, analizó y elaboró un documento en el que detalla su inconformidad.
En su escrito, Gudiño señala el numeral 17 del artículo 66 de la Constitución y cita que “nadie será obligado a realizar un trabajo gratuito o forzoso”. “Lo transcrito se debe analizar diciendo que si se aumentan 80 horas mensuales, significa que se nos ha duplicado el número de horas y también están obligados a decir cuál es la compensación económica”, manifestó Gudiño.
“Antes de la LOEI recibía 858,45 dólares dividido para 80 horas mensuales, el valor por hora era de 10,73 dólares. Ahora recibo 939.41 dólares dividido para 160 horas, da 5,87 dólares. De aplicarse esta medida, el Estado nos exige más trabajo por el mismo sueldo”, señaló.
Narcisa V. es docente de una escuela fiscal en el sector de Chillogallo, en el sur de Quito y está inconforme con el aumento de la jornada laboral. “A pesar de que nos aumentaron horas, el sueldo no se incrementó. El trabajo que hacemos después de las 13:00 (preparación de clases, corrección de pruebas o deberes) antes lo realizábamos en la casa, no entiendo por qué el Gobierno se empeña en que los docentes nos quedemos hasta las 15:00”, señaló.
A este malestar se sumó la profesora Alicia T., quien dijo que incluso tiene que sacrificar tiempo con sus hijos. “El círculo familiar se debilita porque mientras los padres pasamos fuera, los hijos pueden descarriarse porque no tienen una guía”. Las dos maestras prefirieron no dar sus apellidos por temor a represalias. “Quien no está con la tesis del Gobierno está en su contra y nosotros queremos conservar nuestro trabajo”, señalaron.
Quien no tuvo miedo fue el director de la Escuela Marquesa de Solanda, en Quito, Luis Lovato. Él también rechazó el incremento de la jornada laboral. “La inconformidad del magisterio es general, se aumenta la jornada y no se dan cuenta de otros problemas, como la falta de infraestructura y docentes”, mencionó.
Estudio detallado
Mauro Gudiño, docente de Química del Colegio Mejía de Quito, antes de exponer su queja, analizó y elaboró un documento en el que detalla su inconformidad.
En su escrito, Gudiño señala el numeral 17 del artículo 66 de la Constitución y cita que “nadie será obligado a realizar un trabajo gratuito o forzoso”. “Lo transcrito se debe analizar diciendo que si se aumentan 80 horas mensuales, significa que se nos ha duplicado el número de horas y también están obligados a decir cuál es la compensación económica”, manifestó Gudiño.
“Antes de la LOEI recibía 858,45 dólares dividido para 80 horas mensuales, el valor por hora era de 10,73 dólares. Ahora recibo 939.41 dólares dividido para 160 horas, da 5,87 dólares. De aplicarse esta medida, el Estado nos exige más trabajo por el mismo sueldo”, señaló.